Samuel. Un espíritu de venganza (Relato 21)


La venganza de Samuel

Samuel era un chico de 6 años con una vida plena y llena de alegrías. Su padre Robinson era un empresario respetado  con un capital enorme el cual dedicaba enteramente a su hijo quien era el único familiar que tenía después de la muerte de su esposa presa de una enfermedad extraña.

Todas las tardes Samuel las disfrutaba en compañía de su padre y su ama de llaves Janeth quienes siempre compartían historias con él y enseñanzas de vida, esto hacia que la ausencia de su madre Leonor fuera menos desgarradora, no solo para el sino para su padre también.

Ya había transcurrido un año y medio desde la partida de Leonor y Samuel comenzó a notar que su padre Robinson con cada día que pasaba se compenetraba más con Janeth de una forma que trascendía la relación de empleador a empleado e incluso trascendía de una relación de amistad, así que decidió confrontarlo una calurosa mañana en el jardín de la casa.

Samuel – Padre ya te olvidaste de mi mamá?

Robinson – No hijo! Como puedes decir eso?
Samuel – Veo que estas feliz con Janeth…
Robinson – Así que ya te diste cuenta… nunca podría olvidarme de tu madre, pero debemos aceptar que ya partió.

Robinson colocó su mano derecha en el hombro izquierdo de Samuel al tiempo que se acurrucaba – Jamás podría olvidarme de Leonor pero estoy seguro que ella no quiere que seamos infelices donde quiera que esté.

Para ser un niño de poco más de 7 años Samuel era muy inteligente así que por la felicidad de su padre jamás volvió a cuestionar la relación de este con Janeth sin embargo un malestar hacia ella empezó a gestarse en su interior. Para él había algo que hacía que las cosas no estuvieran como deberían estar, no sabía explicarlo pues aún era un niño pero en el momento que Janeth tomó un lugar en la casa no como una servidora sino como un miembro más una sensación de miedo invadió el corazón de este niño…

Transcurrieron 6 meses con total normalidad pero el día 27 de Diciembre de ese año Janeth arribó a la casa con otras dos personas… un chico y una chica de más o menos 23 años, ambos rubios y con actitud petulante hacia Samuel.

Janeth – Quiero que conozcan a mis hijos! Lisa y Jonathan!
Robinson pareció no molestarse pero Samuel sintió instantáneamente el rechazo de estos hermanos, y con él, sintió que ninguno de los tres mostraba sus intenciones reales, y al parecer no se equivocó.

Meses después la vida de Samuel había dado un giro de 360 grados. Ahora todo era diferente, pero desafortunadamente no para bien ya que su padre Robinson estaba postrado en una cama padeciendo una grave enfermedad desconocida tal como le sucedió a su madre años atrás, mientras que Janeth y sus hijos parecían no preocuparse por esto, y muy por el contrario sus preocupaciones giraban en torno al negocio prospero que Robinson dejaba con tan solo 40 años.

Poco después de cumplir los 8 años de edad Samuel presencio lo inminente. El 23 de julio de ese año, Robinson Greenwalt fallecía en una cama con la única compañía de Samuel quien a partir de ese momento tuvo que sufrir lo indecible a manos de las personas que meses atrás parecía ser parte de la familia.

Janeth simplemente optó por tomar el negocio familiar para ella y sus hijos; Samuel evidentemente no le importaba así que sencillamente lo ignoraba mientras que el, por el dolor de perder a sus padres, o por la soledad o simplemente por costumbre empezó a tomarle cariño a esta mujer que con el tiempo no hizo más que convertirse en una persona déspota y cruel cuyo único interés era el dinero.

Por otro lado estaba Jonathan quien era un hombre sin ninguna aspiración en su vida, un inútil y vividor que gustaba de conquistar mujeres acaudaladas para poder vivir de ellas sin necesidad de mover un dedo en su vida y Lisa, una chica fría, calculadora y envidiosa que seducía hombres para manejarlos a su antojo y coleccionarlos como trofeos. Esta chica despreciaba su propia moral y no le importaba regalarse con tal de conseguir lo que quería. Ambos detestaban a Samuel abiertamente y no se molestaban a disimular su disgusto por este chico, muy por el contrario centraban muchas energías en humillarlo y descargar sus frustraciones en él.

Una mañana de Enero Samuel salió a caminar como un alma en pena por los alrededores de la casa, lamentando todo en su vida y recibiendo por parte de la briza un ardor incomodo ocasionado por las heridas que sus hermanastros le propinaban constantemente. De un momento a otro detuvo su marcha y dejo escapar una lagrima de sus ojos seguida por otras tantas y sollozos que a nadie sería capaz de alcanzar… Sin embargo este triste momento fue interrumpido por el sonido de una voz muy angelical.

???? – ¿Rodolfo estás ahí? – ¡Rodolfo Ven!

Apartando ramas Samuel logro llegar al sitio de donde provenía esta voz; en él se encontraba una niña muy linda de vestido azul, cabello castaño, ojos color miel que mostraban una mirada dulce y sincera.

Samuel – ¿Quién eres?

???? – Mi nombre es Karen – Respondió con una sonrisa, algo que Samuel no veía desde hacía mucho tiempo. – ¿y tú? ¿Cómo te llamas?
Samuel – Mi nombre es Samuel

Karen se acercó lentamente a Samuel al tiempo que expresaba – Realmente me da mucho gusto conocerte Sam… - Su frase fue interrumpida por el terror que ocasionó ver las heridas de Samuel cubriendo sus brazos, cara y cuello, así como también la expresión desesperada que reflejaban sus ojos.

Karen – Es… ¿Estás bien?

Samuel – N nnnnn no – al tiempo que lloraba

Karen no lo pensó demasiado y con un abrazo intentó calmar al desconsolado chico no logrando demasiado en ese momento, no obstante, a partir de ese día Samuel encontró un motivo en su vida para sonreír.

A partir de ese momento, Karen y Samuel se hicieron grandes amigos ya que compartían gran parte del tiempo juntos y a pesar que Samuel continuamente recibía palizas de sus hermanastros y el desdén de Janeth encontraba en Karen un rayo de esperanza y al mismo tiempo Karen a su corta edad sentía una gran responsabilidad con su amigo, razón por la cual, como un símbolo ella regaló a Samuel un medallón de corazón en una noche de luna llena.

Febrero 15:

Karen invitó por primera vez a Samuel a su casa, de esta forma conocería a su familia y tal vez esta podría ayudar al chico a escapar de esta vida miserable a la cual estaba condenado. Todo transcurrió de maravilla; los padres de Karen eran justo como fueron en vida los de Samuel. Personas cálidas, amables, comprensivas  y honestas que al escuchar del propio Samuel su situación no dudaron en ofrecer su ayuda incondicional para poder sacarlo de ese infierno por lo que idearon un plan que aunque arriesgado y poco ortodoxo sería muy efectivo si funcionaba.

Los padres de Karen estaban totalmente dispuestos a adoptar a Samuel para protegerlo hasta que fuera mayor y pudiera pelear por la empresa de su padre, era un plan perfecto de no ser porque justo al otro lado de la ciudad un abogado sostenía una conversación similar con Janeth...

Esa noche Alezander, el padre de Karen se encargó de escoltar a Samuel hasta su casa y sin ningún reparo notificó a Jonathan y Lisa que pelearía por la custodia total del chico apelando al maltrato físico y psicológico que se encontraba viviendo por parte de todos ellos, y como es de esperarse de un par de hienas cobardes ninguno de los dos hermanos tuvo el ímpetu de responder a las demandas del señor Alexander, no obstante más tarde esa noche todo daría un giro inesperadamente trágico.

Jonathan – Despierta!  

Samuel – Qué pasa?
Jonathan – Debemos irnos 
Samuel – Que? A donde?
Jonathan – Es una sorpresa campeón... vamos

Tanta amabilidad en Jonathan era inusitada pero en una persona carente de afecto como lo era Samuel ésta migaja era como una caricia en su corazón herido así que rápidamente se levantó de la cama y juntos salieron al jardín, donde estaban Lisa y Janeth esperando.

Janeth –Tenemos una sorpresa para ti!

Samuel – De verdad?
Lisa – Por supuesto cariño, solo ven con nosotros.

Los cuatro caminaron por largo tiempo hasta llegar a un arrollo rodeado por exuberante naturaleza y un sonido de luciérnagas que tranquilizaría al corazón de cualquier bestia.

Samuel por primera vez en mucho tiempo sintió algo de calidez humana representada en la forma como estos tres lo trataban así que con algo de vergüenza inocente se atrevió a preguntar:
Samuel – Mamá que hacemos aquí?

Janeth descubrió el filo de un cuchillo que guardaba en la manga izquierda. – No me llames mamá pedazo de basura – Rápidamente incrustó la punta del arma en el estomago de Samuel haciendo que este cayera al suelo para ver con los ojos borrosos como Jonathan y Lisa tomaban trozos de madera del suelo...

Samuel con terror intentó luchar por su vida pero creo que todos sabemos como termina este episodio...

Los padres de karen invirtieron tiempo y dinero intentando encontrar al niño presintiendo que algo malo había sucedido, pero no solo no encontraron nada sino que nunca pudieron probar que la familia con la que a duras penas vivía tuvo algo que ver en esta desaparición. Karen por su parte cayó en una profunda tristeza de la cual jamás pudo recuperarse por lo que sus padres abandonaron la casa y se marcharon lo más lejos posible.

10 años después:


La empresa que el Sr Robinson levantó con tanto esfuerzo estaba en quiebra por los malos manejos de Janeth y sus hijos quienes solo se dedicaron a malgastar sus recursos en lujos, la casa estaba totalmente derruida y ya no tenían luz eléctrica así que se le veía mas oscura de lo que era.

Por otro lado Karen de 20 años regresaba a su antigua casa para recordar esos viejos tiempos en los que todo era mejor pero de alguna manera olvidó el camino y terminó caminando por la orilla de un arrollo rodeado por el sonido tranquilizador de luciérnagas. Lo único que iluminaba el lugar era la luz de la luna pero en algún punto esta luz se vio opacada por la sombra de un niño sentado; Karen algo asustada dirigió su mirada hacia el lugar de donde provenía lo que fuera que estuviera ocasionando esta sombra, y ahí lo vio. Justo arriba de ella había una formación rocosa de unos 4 metros, y en el pico de esta formación se encontraba Samuel sentado, apoyando sus brazos en sus rodillas y mirándola fijamente de reojo. Pasaron escasos 10 segundos pero parecieron horas antes de que Karen pudiera reaccionar – SAMUEL!!! – y al termino de este grito la asombrada mujer forzó sus piernas temblorosas a escalar.

Al llegar a la cima de aquellas rocas no encontró nada, o eso pensaba ella hasta que vio un ínfimo destello de luz entre las plantas, al cual se acercó rápidamente –Esto es... – Era el pendiente de corazón que Samuel había recibido de ella 10 años atrás. Karen rompió en llanto al darse cuenta que no fue una visión. Realmente Samuel quiso despedirse de ella.

Casa Greenwalt:

La desgraciada Janeth se encontraba hablando con sus hijos mientras preparaba agua del lavamanos:

Janeth – Maldito Robinson! Hubiera sabido que manipular una empresa era tan complicado no me habría apresurado a envenenarlo.


Jonathan – Creo que después de envenenar a su esposa no quedaste satisfecha y no pudiste resistirte.

Lisa – Esa familia de estúpidos nunca merecieron todo esto, nosotros sí!
Janeth – Pobre Leonor, ante todo siempre creí que era una buena mujer
????? – Mamaaaaaá   
Janeth – Que fue eso!?

Janeth giró violentamente su cabeza hacia el lavamanos lleno de agua solo para ver con terror que una sombra se erguía lentamente al tiempo que murmuraba – Mamá nunca me dijiste a donde me llevarías – Dicha sombra articulaba con dos voces muy diferentes: Una de ellas era angelical, como la de un bebe pero la otra era grave y ronca, como la de un demonio sin cuerdas vocales – Mamá, vamos al infierno? – Al escuchar esto las dos hienas cobardes corrieron como pudieron pero Janeth se encontraba totalmente petrificada dando el tiempo suficiente para que dicha sombra saliera totalmente del agua y se acercara caminando – Vamos al infierno mamá? Oh! olvide que no puedes caminar – Acto seguido de su espalda salió una suerte de espada hecha de oscuridad, con la cual corto las piernas de Janeth quien solo podía gritar con pánico.

Al escuchar este grito de su madre, los dos hermanos prefirieron abandonarla y buscar la salida de la casa pero por alguna macabra jugada ninguno logro hallar la salida y ambos se encontraron recorriendo la casa una y otra vez sin posibilidad de escapar.

Samuel se había convertido en un espíritu de venganza y la estaba ejerciendo al cortar de a poco tiras y rodajas de carne de Janeth hasta ver con agrado que esta mujer estaba al borde de desangrarse. Solo en ese momento Samuel deicidio terminar su empresa y cortar la cabeza de su ex madrastra, eso sí! muy despacio.

Lisa corría despavorida por toda la casa y de un momento a otro cayó en el suelo de manera intempestiva; al mirar hacia sus pies se dio cuenta con terror que una de sus piernas había sido tajada – No! No! – Al dirigir su vista al frente se encontró con el espíritu vengativo de ese chico que nunca quiso dañar a nadie – Tu me pateaste con esa pierna, ya no lo volverás a hacer – Lisa solo repetía con voz chillona – No! Por favor! Por favor! – Pero aquella sombra demoniaca no se detendría hasta terminar lo que ellos iniciaron – Me pateaste con esta pierna también – Al tiempo que la pierna izquierda de Lisa salía volando al tiempo que teñía las paredes y el suelo de sangre. En ese momento un aura roja cubrió a Samuel quien violentamente suprimió su voz mas cálida para reemplazarla por su voz demoniaca – Y CON ESE MALDITO BRAZO ME MOLISTE A PALO! – al terminar esta frase corto el brazo derecho de lisa y atravesó su pecho con otra espada sombra que se asomaba de su espalda.

Jonathan se encontraba en una esquina de la casa en posición fetal pensando que estaba bien escondido pero una voz proveniente de los muros le susurro con voz de bebe – Tu me mataste hermanito – Acto seguido despojó a Jonathan de su brazo izquierdo, quien con incredulidad y terror veía como Samuel cargaba a su hermana y la cabeza de su madre incrustadas en aquellas espadas que parecían extremidades de una araña – Per... Perdón! No me mates! – Samuel caminaba muy lentamente hacia el pero se detuvo justo a su lado – Eres una basura! No hace falta torturarte –  Jonathan tuvo un dejo de tranquilidad hasta que una espada más negra que la noche atravesó su pecho – Pero eso no significa que no te voy a matar – Con su último aliento Jonathan fue capaz de ver como Samuel sonreía mientras exclamaba –Nos vemos en el infierno.

Una semana después:

La policía de la ciudad encontró el esqueleto de un niño de 9 años justo en la cima de una formación rocosa, escondida por una gran cantidad de plantas . Habría sido imposible de encontrar de no ser por una chica que informó a las autoridades de este hallazgo.

Karen comprendió perfectamente los deseos del difunto Samuel y aun con dolor en el alma aprendió a vivir con el recuerdo de su pequeño amigo, con la duda de como habrían sido las cosas si él no hubiera muerto esa noche y con esa pregunta culposa... – Pude haber hecho algo? ...

Se pensaría que el alma de este buen chico descansa en paz pero lo cierto es que ahora es un espectro de venganza que va por las dimensiones castigando a padres y hermanos que maltratan a sus familiares. Violadores, abusadores, asesinos y todos aquellos monstruos que dañan a su familia tendrán que encontrarse con Samuel, un chico que hasta el fin de los tiempos impedirá a toda costa que otro ser indefenso corra con su misma suerte.



Escrito por: Norman Leguizamon

Arte por: Norman Leguizamon 
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1 comentario:

  1. Me parece una historia bastante retorcida y triste. Sin embargo, me a gustado muchísimo.

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