El Problema Final (Relato 26)

CAPÍTULO 1 - LA ENCARNACIÓN DE UN GENIO


No sé si es coincidencia o es que el rechazó a todos los anteriores para al final escogerme a mí por mis característica, porque decir que fue una jugada del destino sería tirar por la borda todo lo que mi buen amigo me ha enseñado, no diciendo que no sabía cosas ya.

Era un 7 de enero en Northernland hace aproximadamente un año, que llegaba yo de mis pasantías de la escuela de medicina en el distrito militar donde fui residente por dos años y medio, Acababa de cumplir los 22 hacía ya un mes, era inexperto en muchos aspectos, pero sé que para ese momento, mis conocimientos de medicina eran suficientes para estar a la altura del personaje que estaba por conocer.

Acababa de llegar a casa de Marlon Railey un primo de mi padre, quien se había ofrecido a darme hospedaje mientras encontraba un empleo y dinero para el alquiler de un piso, así que tan pronto llegué no di espera al asunto y llevé mi hoja de vida a varios hospitales de la ciudad. Tenía un largo itinerario, pero no hubo necesidad de visitarlos todos para dar comienzo a mi aventura. Llegado al hospital general de Northernland resulta que había una vacante para un médico residente, y decidieron mostrarme el lugar, era un edificio espléndido, pulcro y bastante ordenado, cinco pisos le componían y tres sótanos, en los cuales ya estábamos tras recorrer las plantas al tas. En la morgue nos topamos con que un grupo de estudiantes de criminalística se encontraban estudiando un cuerpo que había llegado ese día, un pobre desafortunado al cual habían baleado esa mañana y que no sobrevivió pues dos tiros en el pecho habían arrancado su vida al instante. Yo me detuve un rato a ver la escena y a ver de qué venía el análisis de los muchachos. El maestro había preguntado a los estudiantes qué creían que había sucedido, fuera de lo que obviamente era la causa de muerte.

–Se sabe que murió a eso de las 7:00 AM, lo más probable es que haya sido un ajuste de cuenta entre pandillas– Dijo el primero
–Si miramos bien, parece no haber signos de lucha o agresión, así que es posible que haya sido sorprendido por su asesino, lo cual corrobora lo que dijo nuestro compañero– Dijo el segundo
–Si bien es cierto lo que dijeron– dijo el tercero, un joven blanco de cabello corto y negro, de ojos serios y poco expresivos, negros también por cierto y delgado, de más o menos 1,75 m de unos 19 años pude deducir en el momento–no dijeron algo diferente a lo que todos sabemos ya– agregó, seguido de eso se escuchó un gemido de molestia de los demás estudiantes entre los cuales se escuchó incluso a uno decir ”y a este, ¿quién le avisó?”
– ¿Qué tienes para decirnos Félix?– preguntó el profesor, al tercero
–No mucho, pues sin ropa, queda ya poco para deducir– dijo el muchacho y luego prosiguió –Salió anoche de un bar en la zona rosa, en el que aspiró cocaína buena parte de la velada, preparó un cigarro de marihuana, pero el efecto del alucinógeno anterior era tal que lo mantuvo despierto toda la noche, vagó por el sector hasta el amanecer hasta que se acercó a una chica la cual opuso resistencia y seguido, su novio, un maleante de la zona en un ataque de celos le disparó, esto alertó a las personas de los alrededores, quienes inmediatamente llamaron a la policía–

Yo solté una carcajada que distrajo a todos en el lugar, pero tuve que contenerme al ver que los demás chicos tenían rostro de molestia y el profesor no estaba menos impaciente con el asunto, luego entendí que no era hacia mí que dirigían su enojo sino al chico, el cual no tardó en hablar

–Parece que dije algo gracioso– dijo el
–Pues sin haber hecho una autopsia, y sin el informe de los forenses ¿cómo es que dices todas esas cosas?– dije yo –no puede parecerme menos que gracioso que bromees así en una visita de campo, debes ser el alma de la clase– agregué.
–No debiste preguntar amigo– dijo otro de los muchachos con un tono de resignación.
–déjame ilustrarte e ilustrar a los presentes– dijo Félix –Tiene un rastros de tinta para sellos en su mano, pero no es azulosa como la tinta de los sellos comunes, es naranja; sabemos que solo pocas entidades usan sellos color naranja, y lo usan para dar validez institucional a documentos importantes, así que ¿por qué podría llevarla en la mano? Pues porque su uso fue informal, entonces nos dejan pocos sitios que colocan sellos en las manos, las escuelas y consultorios médicos que ponen caritas felices a los pequeños que se portan bien y los bares en la zona rosa que colocan sellos en la entrada a sus clientes más frecuentes, lo cual me parece más probable–
– ¿y la cocaína? ¿Y el cigarro?– pregunté ya algo más interesado.
– Luego está la cocaína– respondió –lo sé por los residuos en su nariz, pero ¿porqué se que es cocaína y no talco? Y ¿por qué se que fue buena parte de la velada?, es evidente, las heridas internas dejadas por la pajilla, son muy recientes, de anoche, aún no terminan de coagular y son tantas y tan notorias que solo pudo haber pasado si aspiró buena parte de la noche, luego está el cigarro de marihuana, sus uñas tienen restos de hierba con la que lo armó, pero también en sus dedos hay algunas quemaduras, por lo que sabemos que el cigarro no tenía filtro, pudo haber sido cualquier cigarrillo sin filtro pues en su estado, no hubiese sentido las quemaduras al terminárselo, pero es la ubicación de las quemaduras lo que me indica que lo armó el, ya que tiende a ser delgado en los extremos, además de ser quemaduras en el índice y el pulgar y no en el índice y dedo medio, lo que dice mucho acerca de la forma en que agarraba el cigarro–
–Cielos pero estuvo despierto toda la noche dices, y la chica– dije ya algo más sorprendido.
–Se que estuvo despierto toda la noche porque es fácil diferenciar a una persona que acostumbra a trasnochar, de una que pasó la noche en vela solo viendo sus ojeras; Es obvio que se acercó a una chica en la mañana, aún se siente el perfume femenino, suficientemente débil para saber que no fue durante toda la noche y suficientemente fuerte para saber que solo la abrazó por un momento y que fue no hace mucho; su apariencia nos demuestra que es una persona adinerada, así que es obvio que no fue un ajuste de cuentas, entre pandillas, mira su peinado, el gel de cabello parece no ser de los baratos, usa dolce & gabana, pero la chica a la que abrazó usaba un perfume barato, así que no es de sus amistades frecuentes, sino una posible prostituta, pero como mencioné, solo abrazó a esa chica por un instante así que esa posibilidad está descartada, entonces nos queda que fue una persona que no conocía, es decir una chica que acosó llegada la mañana–
– ¿Y lo del novio?– pregunté
– la chica se defendió y lo abofeteó, se nota el enrojecimiento característico en su mejilla, luego su novio, que tal vez si era un pandillero, reaccionó celoso y le disparó sin pensarlo. No fue un robo, de haber sido así, hubiese sucedido en la noche, no en la mañana pues el sitio es muy concurrido a la hora de su muerte, nadie se atrevería a robar en esas condiciones y ya con el sol aclarando, se que ya había gente, porque su sangre no ha coagulado aún en su espalda, eso quiere decir que tan pronto lo vieron caer al suelo, llamaron a la policía y en poco más de media hora estuvo aquí. Creo que no tardará en salir en las noticias el asesinato de un chico adinerado, la captura del culpable y la chica por la cual sucedió todo. El sitio de su muerte, que muy probablemente fue en frente de un bar cercano, puede corroborarse en el informe policial y las demás cosas de seguro podrán verlas en la autopsia, que no tarda en empezar– dijo el chico al ver que se acercaba el encargado de la morgue.

Yo quedé muy sorprendido, pero incrédulo aún de todo lo que había dicho, y aunque miré bien el cuerpo y vi las señales que él había mencionado y que le habían guiado en esa deducción decidí esperar al resultado de la autopsia junto con el profesor y los estudiantes. Se me permitió quedarme porque al parecer, el profesor me conocía de una visita de campo al hospital del distrito militar. Eso junto al informe de última hora del noticiero, corroboraron la versión de Félix.
El hijo de un concejal había sido baleado en la mañana por un pandillero de la zona, los testigos afirman que fue un ataque de celos cuando el muchacho intentó ligar con una chica, el asesino fue atrapado unas cuadras más adelante por la policía que actuó de inmediato, porque algunas unidades se encontraban en servicio cerca de allí. Acercándome a la salida del hospital, el chico me abordó.

–Parece que buscas empleo– dijo el
–pero como…–
–es obvio que no vienes por un familiar enfermo, no entraste a ninguna habitación desde que llegaste, además ibas acompañado por alguien del área administrativa, pero no te despediste de nadie así que no eres amigo de alguien que trabaje aquí; no eres un supervisor externo, pues no tienes ni apariencia ni elementos que te identifiquen como tal, mucho menos viniste a consulta médica, pues no es en esta ala del hospital donde se realizan, y mucho menos en la morgue, lo que solo deja como opción que viniste al hospital a dar un paseo mañanero o que viniste a buscar empleo. Yo me inclino por la segunda–
– ¿Puedes decir eso con solo darme un vistazo?– pregunté ingenuamente
–Puedo ir más lejos de ello, pero creo que sería descortés de mi parte, además haría trampa, pues escuché tu conversación con mi profesor–
–entiendo… y lo del empleo no lo hablé con él–
–Eres nuevo en la ciudad, te delata tu acento y el hecho de que decidieras venir en taxi y no en autobús–
–ahí vas de nuevo, ¿Cómo es que…?–
– ¿En serio quieres una explicación a cada deducción que hago?– dijo con una cara sonriente pero algo exhausta –es más fácil decir la conclusión que explicar el proceso deductivo que me llevó a ella. Me resulta tedioso–
–en tiendo, lo siento, pero es escalofriante que me digas lo que he hecho sin habértelo contado–
–Ya había visto que a las personas les molestaba eso–
–A mi no, de hecho me sorprende, en el buen sentido de la palabra–
–me están echando de la pensión donde me encuentro, a diferencia de ti, otras personas no ven tan agradable conversar conmigo– dijo y luego agregó –por lo que noto, habrás de estar buscando también hospedaje, y eso es evidente, nuevo en la ciudad, buscando empleo, es obvio que estás buscando hospedaje, a menos que el sitio donde te estés quedando sea permanente, pero por tu afán en buscar empleo el mismo día de la llegada, me inclino a pensar que no es así y que buscas un piso en alquiler–
–eso si me lo tienes que explicar– dije algo exaltado
–el fuerte olor a vuelo reciente en avión te delata, y si buscas empleo el mismo día pues es obvio que el sitio donde te quedas no es permanente… tengo un sitio visto, como te dije me echan de la pensión donde estoy. Avenida 2 con calle 21b estaré esperándote en la esquina, me llamo Félix Roberts y tú eres…–
–Edward Jones–
–Señor Edward nos vemos esta tarde donde le mencioné, aspiro ya mañana podamos instalarnos–

Efectivamente, nos encontramos en la tarde, me llevó a un edificio pequeño, y en la segunda planta, había un apartamento con tres habitaciones y una pequeña sala con cocina, en el sótano del edificio se encontraba la lavandería. Era acogedor, pronto vi a Félix salir de una de las habitaciones en las que había entrado y me dijo que era perfecto. Luego de un pequeño papeleo, al siguiente día nos instalamos, el se había ofrecido a pagar la renta mientras yo encontraba un empleo, pues sus padres que eran quienes pagaban la pensión y sus estudios, ya habían dispuesto ese dinero con anticipación.

El día de la mudanza, entre sus pertenencias, las que me hizo ayudarle a llevar, encontré una colección de libros con un nombre común en ellos “Sherlock Holmes” todos con aspecto de haber sido leídos una y otra vez, en cuanto me vio con ellos en las manos, me preguntó << ¿lo habías leído antes?>> yo le contesté que no pues no sabía nada de esa obra.

–La obra maestra de Sir Arthur Conan Doyle, y mi inspiración para estudiar lo que estudio–
– ¿De qué trata?– pregunté
–Del más grande detective de todos los tiempo– dijo con orgullo –o al menos en el universo del libro, porque en esta vida no ha existido alguien que se le iguale– dijo luego con desdén
–Parece que eres aficionado–
–no soy aficionado, es más bien mi obsesión, debo confesar. He estudiado todos sus métodos, su forma de hacer las cosas, cada una de sus palabras, y trato de imitarlo, claro, ajustándome a la realidad en la que vivimos, pues seguir al pie de la letra una obra de ficción como si de la Biblia o del Corán se tratase, me haría un religioso más, un fanático sin sentido–
– ¿Cuántos años tienes?– pregunté
–18– contestó
–pues tomas las cosas con mucha seriedad y madurez, me parece bien eso– le dije –pero tomar tan en serio una obra de ficción puede ser un poco exagerado– agregué
–debes analizar todo como si de evidencia se tratase, pues no importa que tan mundano y pequeño sea, siempre puedes sacar algo importante de eso, lo que muchos consideran trivialidades, yo lo puedo llegar a ver como una posible fuente de conocimiento crucial, y viceversa, si algo puede parecer un asunto de suma importancia para la humanidad, posiblemente para mí no es más que basura innecesaria. Todo depende del punto de vista desde el que lo mires–

Al final, pude en uno de los cuartos, instalar un consultorio gracias al consejo del señor Peters el casero, a quien pronto Félix empezó a llamar Señor Hudson. Si has leído la obra de Sir Arthur, ya sabrás el por qué, y deducirás también cual empezó a ser mi apodo. Pude acomodarme y empezar a contribuir con la renta y otros gastos del apartamento. Se acercaba el tiempo en que Félix terminara también sus estudios y comenzara a valerse por sí mismo. Fue enviado a realizar sus pasantías en la jefatura de policía, en el área de archivos criminales, y asistente del inspector Rogers.

Aquí termina este primer capítulo, pero comienza esta impresionante aventura al lado de Félix Roberts a quien los que lo conocían, ya sea por cariño o despectivamente, le llaman “Holmes”.

© Camilo Barrera 2015. Todos los derechos reservados

Escrito por: Camilo Barrera
Arte: Camilo Barrera

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