CAPÍTULO 1 - LA ENCARNACIÓN DE UN GENIO
No sé si es coincidencia o es que el rechazó a todos los
anteriores para al final escogerme a mí por mis característica, porque decir
que fue una jugada del destino sería tirar por la borda todo lo que mi buen
amigo me ha enseñado, no diciendo que no sabía cosas ya.
Era un 7 de enero en Northernland hace aproximadamente un
año, que llegaba yo de mis pasantías de la escuela de medicina en el distrito
militar donde fui residente por dos años y medio, Acababa de cumplir los 22
hacía ya un mes, era inexperto en muchos aspectos, pero sé que para ese
momento, mis conocimientos de medicina eran suficientes para estar a la altura
del personaje que estaba por conocer.
Acababa de llegar a casa de Marlon Railey un primo de mi
padre, quien se había ofrecido a darme hospedaje mientras encontraba un empleo
y dinero para el alquiler de un piso, así que tan pronto llegué no di espera al
asunto y llevé mi hoja de vida a varios hospitales de la ciudad. Tenía un largo
itinerario, pero no hubo necesidad de visitarlos todos para dar comienzo a mi
aventura. Llegado al hospital general de Northernland resulta que había una
vacante para un médico residente, y decidieron mostrarme el lugar, era un
edificio espléndido, pulcro y bastante ordenado, cinco pisos le componían y
tres sótanos, en los cuales ya estábamos tras recorrer las plantas al tas. En
la morgue nos topamos con que un grupo de estudiantes de criminalística se
encontraban estudiando un cuerpo que había llegado ese día, un pobre
desafortunado al cual habían baleado esa mañana y que no sobrevivió pues dos tiros
en el pecho habían arrancado su vida al instante. Yo me detuve un rato a ver la
escena y a ver de qué venía el análisis de los muchachos. El maestro había preguntado
a los estudiantes qué creían que había sucedido, fuera de lo que obviamente era
la causa de muerte.
–Se sabe que murió a eso de las 7:00 AM, lo más probable es
que haya sido un ajuste de cuenta entre pandillas– Dijo el primero
–Si miramos bien, parece no haber signos de lucha o
agresión, así que es posible que haya sido sorprendido por su asesino, lo cual
corrobora lo que dijo nuestro compañero– Dijo el segundo
–Si bien es cierto lo que dijeron– dijo el tercero, un joven
blanco de cabello corto y negro, de ojos serios y poco expresivos, negros
también por cierto y delgado, de más o menos 1,75 m de unos 19 años pude
deducir en el momento–no dijeron algo diferente a lo que todos sabemos ya–
agregó, seguido de eso se escuchó un gemido de molestia de los demás
estudiantes entre los cuales se escuchó incluso a uno decir ”y a este, ¿quién
le avisó?”
– ¿Qué tienes para decirnos Félix?– preguntó el profesor, al
tercero
–No mucho, pues sin ropa, queda ya poco para deducir– dijo
el muchacho y luego prosiguió –Salió anoche de un bar en la zona rosa, en el
que aspiró cocaína buena parte de la velada, preparó un cigarro de marihuana,
pero el efecto del alucinógeno anterior era tal que lo mantuvo despierto toda
la noche, vagó por el sector hasta el amanecer hasta que se acercó a una chica
la cual opuso resistencia y seguido, su novio, un maleante de la zona en un
ataque de celos le disparó, esto alertó a las personas de los alrededores,
quienes inmediatamente llamaron a la policía–
Yo solté una carcajada que distrajo a todos en el lugar,
pero tuve que contenerme al ver que los demás chicos tenían rostro de molestia
y el profesor no estaba menos impaciente con el asunto, luego entendí que no
era hacia mí que dirigían su enojo sino al chico, el cual no tardó en hablar
–Parece que dije algo gracioso– dijo el
–Pues sin haber hecho una autopsia, y sin el informe de los
forenses ¿cómo es que dices todas esas cosas?– dije yo –no puede parecerme
menos que gracioso que bromees así en una visita de campo, debes ser el alma de
la clase– agregué.
–No debiste preguntar amigo– dijo otro de los muchachos con
un tono de resignación.
–déjame ilustrarte e ilustrar a los presentes– dijo Félix
–Tiene un rastros de tinta para sellos en su mano, pero no es azulosa como la
tinta de los sellos comunes, es naranja; sabemos que solo pocas entidades usan
sellos color naranja, y lo usan para dar validez institucional a documentos
importantes, así que ¿por qué podría llevarla en la mano? Pues porque su uso
fue informal, entonces nos dejan pocos sitios que colocan sellos en las manos,
las escuelas y consultorios médicos que ponen caritas felices a los pequeños
que se portan bien y los bares en la zona rosa que colocan sellos en la entrada
a sus clientes más frecuentes, lo cual me parece más probable–
– ¿y la cocaína? ¿Y el cigarro?– pregunté ya algo más
interesado.
– Luego está la cocaína– respondió –lo sé por los residuos
en su nariz, pero ¿porqué se que es cocaína y no talco? Y ¿por qué se que fue
buena parte de la velada?, es evidente, las heridas internas dejadas por la
pajilla, son muy recientes, de anoche, aún no terminan de coagular y son tantas
y tan notorias que solo pudo haber pasado si aspiró buena parte de la noche,
luego está el cigarro de marihuana, sus uñas tienen restos de hierba con la que
lo armó, pero también en sus dedos hay algunas quemaduras, por lo que sabemos
que el cigarro no tenía filtro, pudo haber sido cualquier cigarrillo sin filtro
pues en su estado, no hubiese sentido las quemaduras al terminárselo, pero es
la ubicación de las quemaduras lo que me indica que lo armó el, ya que tiende a
ser delgado en los extremos, además de ser quemaduras en el índice y el pulgar
y no en el índice y dedo medio, lo que dice mucho acerca de la forma en que
agarraba el cigarro–
–Cielos pero estuvo despierto toda la noche dices, y la
chica– dije ya algo más sorprendido.
–Se que estuvo despierto toda la noche porque es fácil
diferenciar a una persona que acostumbra a trasnochar, de una que pasó la noche
en vela solo viendo sus ojeras; Es obvio que se acercó a una chica en la
mañana, aún se siente el perfume femenino, suficientemente débil para saber que
no fue durante toda la noche y suficientemente fuerte para saber que solo la
abrazó por un momento y que fue no hace mucho; su apariencia nos demuestra que
es una persona adinerada, así que es obvio que no fue un ajuste de cuentas,
entre pandillas, mira su peinado, el gel de cabello parece no ser de los
baratos, usa dolce & gabana, pero la chica a la que abrazó usaba un perfume
barato, así que no es de sus amistades frecuentes, sino una posible prostituta,
pero como mencioné, solo abrazó a esa chica por un instante así que esa
posibilidad está descartada, entonces nos queda que fue una persona que no
conocía, es decir una chica que acosó llegada la mañana–
– ¿Y lo del novio?– pregunté
– la chica se defendió y lo abofeteó, se nota el
enrojecimiento característico en su mejilla, luego su novio, que tal vez si era
un pandillero, reaccionó celoso y le disparó sin pensarlo. No fue un robo, de
haber sido así, hubiese sucedido en la noche, no en la mañana pues el sitio es
muy concurrido a la hora de su muerte, nadie se atrevería a robar en esas
condiciones y ya con el sol aclarando, se que ya había gente, porque su sangre
no ha coagulado aún en su espalda, eso quiere decir que tan pronto lo vieron
caer al suelo, llamaron a la policía y en poco más de media hora estuvo aquí.
Creo que no tardará en salir en las noticias el asesinato de un chico
adinerado, la captura del culpable y la chica por la cual sucedió todo. El
sitio de su muerte, que muy probablemente fue en frente de un bar cercano,
puede corroborarse en el informe policial y las demás cosas de seguro podrán
verlas en la autopsia, que no tarda en empezar– dijo el chico al ver que se
acercaba el encargado de la morgue.
Yo quedé muy sorprendido, pero incrédulo aún de todo lo que
había dicho, y aunque miré bien el cuerpo y vi las señales que él había mencionado
y que le habían guiado en esa deducción decidí esperar al resultado de la
autopsia junto con el profesor y los estudiantes. Se me permitió quedarme
porque al parecer, el profesor me conocía de una visita de campo al hospital
del distrito militar. Eso junto al informe de última hora del noticiero,
corroboraron la versión de Félix.
El hijo de un concejal había sido baleado en la mañana por
un pandillero de la zona, los testigos afirman que fue un ataque de celos
cuando el muchacho intentó ligar con una chica, el asesino fue atrapado unas
cuadras más adelante por la policía que actuó de inmediato, porque algunas
unidades se encontraban en servicio cerca de allí. Acercándome a la salida del
hospital, el chico me abordó.
–Parece que buscas empleo– dijo el
–pero como…–
–es obvio que no vienes por un familiar enfermo, no entraste
a ninguna habitación desde que llegaste, además ibas acompañado por alguien del
área administrativa, pero no te despediste de nadie así que no eres amigo de
alguien que trabaje aquí; no eres un supervisor externo, pues no tienes ni
apariencia ni elementos que te identifiquen como tal, mucho menos viniste a
consulta médica, pues no es en esta ala del hospital donde se realizan, y mucho
menos en la morgue, lo que solo deja como opción que viniste al hospital a dar
un paseo mañanero o que viniste a buscar empleo. Yo me inclino por la segunda–
– ¿Puedes decir eso con solo darme un vistazo?– pregunté
ingenuamente
–Puedo ir más lejos de ello, pero creo que sería descortés
de mi parte, además haría trampa, pues escuché tu conversación con mi profesor–
–entiendo… y lo del empleo no lo hablé con él–
–Eres nuevo en la ciudad, te delata tu acento y el hecho de
que decidieras venir en taxi y no en autobús–
–ahí vas de nuevo, ¿Cómo es que…?–
– ¿En serio quieres una explicación a cada deducción que
hago?– dijo con una cara sonriente pero algo exhausta –es más fácil decir la
conclusión que explicar el proceso deductivo que me llevó a ella. Me resulta
tedioso–
–en tiendo, lo siento, pero es escalofriante que me digas lo
que he hecho sin habértelo contado–
–Ya había visto que a las personas les molestaba eso–
–A mi no, de hecho me sorprende, en el buen sentido de la
palabra–
–me están echando de la pensión donde me encuentro, a
diferencia de ti, otras personas no ven tan agradable conversar conmigo– dijo y
luego agregó –por lo que noto, habrás de estar buscando también hospedaje, y
eso es evidente, nuevo en la ciudad, buscando empleo, es obvio que estás
buscando hospedaje, a menos que el sitio donde te estés quedando sea
permanente, pero por tu afán en buscar empleo el mismo día de la llegada, me
inclino a pensar que no es así y que buscas un piso en alquiler–
–eso si me lo tienes que explicar– dije algo exaltado
–el fuerte olor a vuelo reciente en avión te delata, y si
buscas empleo el mismo día pues es obvio que el sitio donde te quedas no es
permanente… tengo un sitio visto, como te dije me echan de la pensión donde
estoy. Avenida 2 con calle 21b estaré esperándote en la esquina, me llamo Félix
Roberts y tú eres…–
–Edward Jones–
–Señor Edward nos vemos esta tarde donde le mencioné, aspiro
ya mañana podamos instalarnos–
Efectivamente, nos encontramos en la tarde, me llevó a un
edificio pequeño, y en la segunda planta, había un apartamento con tres habitaciones
y una pequeña sala con cocina, en el sótano del edificio se encontraba la
lavandería. Era acogedor, pronto vi a Félix salir de una de las habitaciones en
las que había entrado y me dijo que era perfecto. Luego de un pequeño papeleo,
al siguiente día nos instalamos, el se había ofrecido a pagar la renta mientras
yo encontraba un empleo, pues sus padres que eran quienes pagaban la pensión y
sus estudios, ya habían dispuesto ese dinero con anticipación.
El día de la mudanza, entre sus pertenencias, las que me
hizo ayudarle a llevar, encontré una colección de libros con un nombre común en
ellos “Sherlock Holmes” todos con aspecto de haber sido leídos una y otra vez,
en cuanto me vio con ellos en las manos, me preguntó << ¿lo habías leído
antes?>> yo le contesté que no pues no sabía nada de esa obra.
–La obra maestra de Sir Arthur Conan Doyle, y mi inspiración
para estudiar lo que estudio–
– ¿De qué trata?– pregunté
–Del más grande detective de todos los tiempo– dijo con
orgullo –o al menos en el universo del libro, porque en esta vida no ha
existido alguien que se le iguale– dijo luego con desdén
–Parece que eres aficionado–
–no soy aficionado, es más bien mi obsesión, debo confesar.
He estudiado todos sus métodos, su forma de hacer las cosas, cada una de sus
palabras, y trato de imitarlo, claro, ajustándome a la realidad en la que
vivimos, pues seguir al pie de la letra una obra de ficción como si de la
Biblia o del Corán se tratase, me haría un religioso más, un fanático sin
sentido–
– ¿Cuántos años tienes?– pregunté
–18– contestó
–pues tomas las cosas con mucha seriedad y madurez, me
parece bien eso– le dije –pero tomar tan en serio una obra de ficción puede ser
un poco exagerado– agregué
–debes analizar todo como si de evidencia se tratase, pues no
importa que tan mundano y pequeño sea, siempre puedes sacar algo importante de
eso, lo que muchos consideran trivialidades, yo lo puedo llegar a ver como una
posible fuente de conocimiento crucial, y viceversa, si algo puede parecer un
asunto de suma importancia para la humanidad, posiblemente para mí no es más
que basura innecesaria. Todo depende del punto de vista desde el que lo mires–
Al final, pude en uno de los cuartos, instalar un
consultorio gracias al consejo del señor Peters el casero, a quien pronto Félix
empezó a llamar Señor Hudson. Si has leído la obra de Sir Arthur, ya sabrás el
por qué, y deducirás también cual empezó a ser mi apodo. Pude acomodarme y
empezar a contribuir con la renta y otros gastos del apartamento. Se acercaba
el tiempo en que Félix terminara también sus estudios y comenzara a valerse por
sí mismo. Fue enviado a realizar sus pasantías en la jefatura de policía, en el
área de archivos criminales, y asistente del inspector Rogers.
Aquí termina este primer capítulo, pero comienza esta
impresionante aventura al lado de Félix Roberts a quien los que lo conocían, ya
sea por cariño o despectivamente, le llaman “Holmes”.
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© Camilo Barrera 2015. Todos los derechos reservados
Escrito por: Camilo Barrera
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