La legendaria bestia Gledamir (Conozcamos más a fondo)

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En esta oportunidad tenemos a Lucius Badal, un hombre de 76 años que mucho tiempo atrás fue sorprendido por una deidad superior, quien tenía la intención de advertir acera de un acontecimiento cataclísmico que será capaz de destruir el mundo de Dalín por completo.


Por esta razón, a Lucius le fueron encomendadas varias tareas entre las que se encuentran, hallar al legendario Fénix Gledamir. Un ser perteneciente a la casta de bestias legendarias denominada por los habitantes del planeta como "Guardianes Astrales", cuya participación en los acontecimientos del mundo es la de guardianes de los habitantes por lo que han participado en guerras y conflictos entre países.

Qué es Dalín?


Es un mundo místico de magia y leyendas, el cual esta constituido mayormente por vegetación y agua siendo prácticamente un paraíso terrenal para sus habitantes. Sin embargo este planeta verde ha visto innumerables guerras; no solo entre reinos sino que también los habitantes han tenido que afrontar la aparición de seres oscuros que han querido apoderarse del planeta para utilizarlo como vehículo entre las dimensiones o como arma para combatir en el espacio ya que Dalín no solo posee riquezas naturales en lo que respecta a agua y vegetación sino que también es un planeta gigantesco con una gran cantidad de recursos minerales así como mágicos que pueden encontrarse en los 7 continentes que lo componen.

Personajes:


Lucius Badal: Un antiguo soldado del reino de su país, quien conoce mejor que nadie los horrores que trae la guerra, y muy probablemente por esta experiencia en combate fue elegido por las fuerzas superiores para encontrar al legendario Gledamir.

A pesar de que su cuerpo fue mutilado en una de tantas batallas, este hombre continua con su ímpetu al aceptar esta encomienda con honor y valentía dado que las deidades superiores han profetizado que será su nieta Stella quien deba llevar sobre sus hombros esta pesada carga de defender al mundo y sus habitantes del mal que con cada día apresura más su paso. 


Gledamir: Es uno de los guardianes astrales mas poderosos de los que se tiene conocimiento. No se sabe mucho de este ser, más que el hecho de que ha morado en Dalín por miles de años y jamas se ha involucrado en una guerra o conflicto de seres inferiores. Razón por la cual se desconoce su poder o sus capacidades mas allá de pasar desapercibido

Los guardianes astrales son bestias de diferentes formas y capacidades que contienen un poder inmenso en su interior, sin embargo no muestran ningún interés por dominar Dalín. Muy por el contrario, entre estos seres y los habitantes del planeta existe un pacto de cooperación mutua, y aunque todos son excesivamente poderosos han surgido leyendas de guardianes astrales superiores.

Hasta ahora, este ser en forma de ave Fénix ha sido solamente un mito entre los habitantes del planeta, alimentado únicamente por las historias que los libros antiguos muestran en sus páginas , no obstante, gracias al esfuerzo de Lucius ha sido encontrado.

Finalmente quisiera recalcar que en el blog "Relatos" ya existen bastantes historias que toman lugar en este mundo de Dalín, así que los invito a comentar cuales creen que son.

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La legendaria bestia Gledamir (Relato 47)


Diario de Lucius Badal

Febrero/19/1450


He llegado a las montañas Hadue en donde la leyenda reza que el legendario guardián astral Gledamir mora.



He buscado a este legendario Fénix por 20 años. Desde que aquella deidad apareció ante mi para advertirme de los sucesos que darán lugar en el continente Frey, de donde provienen los ejércitos mas grandes y poderosos de nuestro mundo Dalín; aun así, ni el ejercito mas poderoso de elfos podría derrotar a la amenaza que los vientos del destino trae para nosotros.


Febrero/25/1450

He recorrido estas montañas durante varios días con la esperanza de vislumbrar al legendario Gledamir o por lo menos hallar alguna pista que me guíe en la dirección correcta para dar con el, pero el inclemente clima de estos picos me ha hecho retroceder en mas de una ocasión para buscar algún refugio.

He traído conmigo a 4 guardianes astrales que han unido sus fuerzas conmigo. Conmigo han venido un Necroria, un Istris, un Vailer y un Artoria, sin ellos nunca hubiera podido acceder a estas montañas y aun si lo hubiese hecho, no estaría vivo en este momento. Espero que esta odisea no se prolongue por mucho tiempo ya que las provisiones están acabándose y temo morir en este sitio.

Todo este esfuerzo es por mi nieta quien acaba de nacer y aun no la conozco, por lo tanto no puedo morir aquí.

Marzo/10/1450

La soledad de este sitio ha empezado a afectar mi estado de animo, por lo que he pensado en regresar para pedir ayuda pero es imposible ya que estaa tarea me fue encomendada especialmente a mi y debo cumplirla a cabalidad.

Hace 20 años un ser de gran poder se presentó ante mi para hablarme de un evento llamado "La Legendaria Gran Guerra". 

Al paso de 50 años a partir de ese día, un gran mal regresaría a Dalín con la intención de sumergir todo en los océanos de la oscuridad dando pie a este evento cataclísmico. Desde luego no tengo muchas esperanzas de estar vivo dentro de 30 años pero será mi nieta Stella quien tendrá el desdichado honor de luchar por el destino de todos los seres vivos de este mundo en esa oscura época, que de manera lenta pero segura acorta su paso hacia nosotros. No estoy seguro de poder soportar esto por mas tiempo pero sin Gledamir de nuestro lado las generaciones futuras estarán en desventaja cuando llegue el momento de "La Legendaria Gran Guerra.

Marzo/21/1450

He encontrado marcas de garras sobre una roca, en tanto tiempo es la única pista que he encontrado y al tiempo es un rayo de esperanza. Lo único que me queda por ahora es esperar a que la nieve deje de caer y utilizar los poderes de los guardianes astrales para sobrevolar el terreno.

Marzo/25/1450

Parece que la temporada de nevadas ha terminado, la bruma ha empezado a disiparse enseñándome el camino que debo seguir aunque debo decir que no es para nada alentador.

Parece que en la cima de la montaña hay una edificación, algo así como un santuario o un templo, por lo que puedo deducir que el legendario Gledamir es mucho más que una bestia sin raciocinio o inteligencia. Si tiene un templo como hogar esta más que claro que es un ser superior y honestamente no estoy seguro de pelear o razonar con el.

Como sea, si toda esta cadena de acontecimientos llegase a culminar en una confrontación con el Fénix, cuento con  mis guardianes astrales y con mi espada Neghme la cual es una reliquia de los dioses que me fue concedida por aquel ser superior como una herramienta para defender a Dalín de cualquier futura amenaza.

Abril/16/1450

Ha pasado casi un mes desde la última vez que visité las páginas de este diario y lo que puedo decir es que la cima de esta montaña aun está muy lejos de mi alcance.

Las provisiones escasean de manera considerable y mis energías empiezan a menguar con cada minuto que transcurre y mis guardianes astrales de igual manera se encuentran notablemente agotados, sin embargo si no encuentro al Fenix, la batalla que dará lugar dentro de 30 años será poco menos que una causa perdida. 

Abril/30/1450 

He notado que en esta parte de la montaña el aire es mas delgado, lo cual es una señal de que la cima esta cerca así que pienso asentarme en este lugar por una semana para recobrar algo de energía y de esta forma poder enfrentar lo que sea que se encuentra en ese templo.


De igual modo creo que debo entrenar con mis guardianes ya que, aunque seguramente no habrá viaje de regreso debo tener suficiente energía y destreza para un escape de ser necesario. 


Mayo/08/1450


He recobrado algo de fuerzas y de igual manera mis guardianes. Es hora de subir lo que falta de la montaña para alcanzar la cima y terminar con esto.

Junio/15/1450 

Ha pasado mucho tiempo desde que llegué a estas majestuosas montañas con la intención de regresar con Gredamir, sin embargo aquel ser legendario ha seguido mis movimientos durante todo este tiempo.

El ha estado al tanto perfectamente de todos mis movimientos y mis intenciones, lo que es peor. Creo firmemente que este ser superior ha sido el causante de los cambios climáticos que han venido suscitándose a lo largo de estos meses y el fue quien me permitió llegar al templo exitosamente.

Así es ! Justo al día siguiente de mi última memoria conseguí arribar al templo en la cima de la montaña y mi sorpresa fue abismal al notar que aquella bestia mística se encontraba posada sobre una suerte de altar, orgullosa y con cierto dejo de arrogancia en la forma como levantaba su pico.

Yo, armado con mi espada y listo para invocar a mis guardianes astrales me acerqué a el cautelosamente, sin embargo, todo lo que el ave hacía era mirarme fijamente a los ojos. Pero su mirada no era desafiante o violenta, era una mirada totalmente pacífica y de alguna manera, incluso amistosa.

Por un lapso de tiempo que tal vez no superó los 2 minutos estuvimos mirándonos fijamente, aunque para mi parecieron siglos.

Su mirada era noble y poderosa, tal como la mirada de un guerrero preparado para la muerte, como la mirada de un guerrero que ha sobrevivido a mil batallas y aun así tiene la humildad de mirar a un inferior directo a los ojos, como un igual. 

Esta mirada hizo que me diera cuenta que pelear era inútil, este guerrero tan solo con su mirada había ganado mi respeto absoluto y no tenia ningún deseo de lastimarlo o tan siquiera intentarlo, así que sin darme cuenta dejé caer mi espada consolidando mi rendición absoluta.

Gledamir únicamente emitió un sonido con su voz, extendió sus enormes alas y emprendió el vuelo.

Ahora, tendré que meditar y esperar al día que volvamos a vernos.  La única diferencia es que no pienso luchar con el ya que mi espada se rindió. 

Hablaré con el y pediré por su ayuda. De un guerrero a otro.

Escrito por: Norman Leguizamon
Arte: Norman Leguizamon

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LA REINA CARMESÍ (Reseña)





Se hace curioso pensar acerca de esos sueños de típico adolescente en los que una mujer nos cautivaba hasta el punto de la locura, naturalmente uno cuando es adolescente está bien loco, pero descubrir a las mujeres en los sueños nos desquiciaba por completo. En este relato quise que no faltara este elemento de la mujer soñada, y que nada es como nos lo pintan. La reina carmesí es un relato un poco cruel y hórrido en donde los deseos llevan al descontrol, y terminan por develar ante nuestra mirada estupefacta los más oscuros rincones de la humanidad. Aquí nuestro personaje se muestra como un chico cualquiera, una persona que siente sobre sus hombros la presión social, y que sólo quiere escapar de todo esto, al encontrar un lugar, pero sobre todo al encontrar una mujer sin escrúpulos capaz de cumplir cualquier sueño profundo, este chico se convierte en una pelota de pinball, que se mueve de aquí a allá sin ruta, solo obedeciendo a sus deseos más reprimidos. 

La condición humana está sometida constantemente a presiones, tanto internas como externas, el hombre prioriza y cede, y así va construyendo una ruta de vida. Cuando el hombre cede a las presiones externas y se olvida de las demás, empieza a generar en si un sentimiento de insatisfacción, mientras que cuando el hombre cede a sus presiones internas la insatisfacción no existe, se apropia de nuestro ser un sentimiento libertario. Muchas veces nuestras presiones internas no son nada concretas, más bien difusas, pero, cuando están empiezan a conducir a un mismo propósito, los resultados terminan siendo aplastantes y en muchos casos espeluznantes. La humanidad es capaz de crear y destruir, ser bella y hallarla en cada oscuro lugar de su propia existencia, es allí cuando vemos que somos una completa mierda.

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LA REINA CARMESÍ (Relato 46)




Transcurría uno de los veranos más largos que he tenido en mi vida. Mis padres habían salido de viaje esta vez para renovar sus votos en un crucero en el caribe, y yo atrapado en el pueblo, debía estar de vigía, no podía negarme. Mis amigos de la Universidad tenían planes de viajar hacia el norte a encontrarse con el mar, y yo, reviviría mis encuentros con la TV. Recuerdo que había sido un año difícil, las clases, la presión social, terminar con mi novia de toda la infancia, todo esto me había convertido en un gusano de aquí para allá sin poder decir ni una palabra acerca de cualquier cosa. Tenía unos veinte años y ya era un hombre independiente, tenía que vivir en la ciudad cercana para poder asistir a la universidad. El día que decidí visitar a mis padres, ellos me dejaron solo en casa con la nevera llena de comida y una colección de oro de las películas de El Padrino. Estaba atascado en medio de un pueblo tranquilo y sin nada que hacer, pero no podía estar más equivocado.

Pasaban aquellos días con sus noches frente al televisor y la computadora. No tenía ganas de salir, no tenía ganas de hacer nada, en aquellos momentos era de mi entero interés vagar en mi memoria, en mis recuerdos, en mi aburrimiento. Intente llamar a Carla, mi exnovia, pero las veces que hablábamos por teléfono era para insultarnos y volver a pelear. Llamarla se había convertido en una razón más para despreciarnos, por eso dejé de hacerlo. Una tarde lluviosa me dejó mientras tomábamos un café, sin ninguna explicación, nunca la entendí, estaba empecinada en cortar conmigo. Una de aquellas noches que pase completamente solo me levante tres veces en la madrugada, siempre iba a la nevera y bebía  alguna lata de cerveza, no tenía sueño y me senté en el computador. Era un poco más de las tres de la mañana cuando recibí un mail. Una especie de invitación, algo así como un bar o un Night Club, no sabía que esa clase de sitios estaban en el pueblo. La invitación prometía puntualmente: <<una noche loca y salvaje, un lugar que no dejaras pasar>>, el sitio se llamaba <<Black Hole>> y se veía tentador, necesitaba algo de aire, necesitaba mujeres y alcohol para pasar esta pena que me estaba comiendo la existencia. En aquel mail que recibí, no logré hallar teléfonos, ni dirección del sitio, creí que se trataba de alguna broma o alguna publicidad engañosa, debajo del mail, había un enorme botón purpura que decía: <<aceptar invitación>>, aquella invitación era para mí una puerta abierta que me ofrecía una salida de esta enorme pelota de mierda que me contenía, pinché el botón sin ningún reparo y fui a la cama a ver si me dormía. A escasos cinco minutos el teléfono retumbó en el silencio de la casa, creí que había sucedido algo, nadie en su sano juicio llama a las tres y cinco de la mañana sin que sea algo de extrema urgencia. Conteste el teléfono y era una dulce voz de una mujer, hipnótica, atrayente, a decir verdad no entendía sus palabras, su tonada me hacía revolucionar, hacía perderme y aventurarme en mis sueños. Imaginaba que la veía desde una ventana, con las luces encendidas y la cortina corrida, ella de pie frente al espejo hablándome por el teléfono, y yo escondido, indetectable, respondiendo desde afuera, sin que nadie se diera cuenta. Imaginaba que llevaba un sensual babydoll transparente, que lentamente se quitaba y dejaba al aire sus preciosas nalgas, su preciosa figura, diciéndome sucias palabras. Mi corazón latía a mil, y ella lentamente se quitaba su ropa interior, se daba vuelta y me mostraba sus téticas rosaditas, no podía quitar la mirada de la suya, ella sabía de mi presencia y no le importaba, seguía provocándome y yo cayendo en su juego, su boca, sus labios, sus teticas, sus nalguitas. No sé con exactitud que hice, pero mis fluidos habían terminado en una toalla de baño mientras hablaba por teléfono. A partir de allí muchas cosas no encajan, no recuerdo mucho pero el espejo del baño si: <<Calle 57 con Carrera 70 esquina 12:00 AM, Black Hole>>, era lo que estaba escrito.

A las doce estaba en la puerta del lugar, estaba mal ubicado, apartado de todo. De vecinos tenía una vieja tienda de video abandonada y una zapatería casi destruida. Se veía pequeño, y afuera todo estaba desolado. Tenía una estrecha puerta roja y encima un letrero amarillo con letras negras que decía: <<Black Hole>>, era el lugar indicado. Me entró un temor enorme, había algo que me empujaba a dar la vuelta y seguir mi camino, pero también otra fuerza que me llamaba de detrás de esa puerta. Mi cuerpo se fue moviendo contra mi voluntad, atravesé la que creí que era la puerta al infierno. Una vez adentro un pasillo estrecho y largo que me llevó a un enorme salón repleto de gente, música y alcohol, lo que necesitaba. Las mujeres más hermosas que he visto bailaban en la pista bebiendo de sus botellas y copas, no había cansancio, solo diversión, solo locura. Me incorpore a la fiesta y pedí un shot de vodka en la barra, pero me dejaron hasta la botella. Después del cuarto trago, sentía que se me venía el mundo, todo se movía a mi alrededor, recuerdo que se me acercaron dos mujeres sonrientes, yo las tomé de la cintura y les decía que las quería en mi cama esta noche, ellas solo reían y bebían de mi botella, bebían de mi boca, se impregnaban de mis babas, de las suyas, el mundo moviéndose bajo mis pies, y me daba cuenta de que ese lugar era todo lo que me esperaba encontrar.

De la nada la gente que bailaba se abrió en dos y dejaban pasar a una mujer con un traje ostentoso, de color blanco. Sentí ganas de postrarme a sus pies, sentí ganas inmensas de estar cerca de ella, de adorarla, pero estaba inalcanzable para mí. La gente del lugar le rendía pleitesía y la llamaban La Reina. No podía evitar seguirla con la mirada, me lucia familiar, era una mujer muy hermosa, con su cabello negro y sus labios rojos que parecían brotar llamas de fuego. Aquella mujer se sentó en una de las mesas de la segunda planta, y desde su trono inalcanzable cruzamos miradas. Me mandó a llamar con un mesero, y yo acudí a su llamado, cuando la reina habla los demás obedecen eso lo tenía claro. La mujer lucía poderosa y sensual, me pidió amablemente que me sentara y que bebiera una copa con ella. La verdad estaba muy nervioso, estaba temeroso, aun sentía esas ganas de postrarme a sus pies, aun me carcomía el sentimiento intenso de rendirme ante sus encantos. Empezó por preguntar cosas de mi vida, donde vivía, que hacía, que me gustaba y poco a poco la charla empezó a hacerse más amena y mucho más íntima. Lo siguiente que recuerdo es a una bella mesera que nos servía, alcé la mirada y era Carla. No sabía que estaba en el pueblo, hace días que no la había vuelto a llamar, pero la sorpresa no acabó allí. Aquella mujer extraña, aquella reina permitió que Carla se sentara junto a mí en la mesa. Carla se tomó una copa con nosotros, pero jamás levanto su mirada, nunca le vi sus ojos. La reina no dejaba de sonreír, disfrutaba de aquel momento incomodo tanto para Carla como para mí. Empezó a tocarle el cabello a Carla, le decía secretos, y sentía que se reía de mí, aquella mirada que sus ojos reflejaban la delataba. Carla volvió hacia mí y empezó a acariciarme, sus manos frías me quitaban la camisa, y me besaba el pecho. Quería apartarla, pero mi cuerpo no me respondía, disfrutaba de su compañía, necesitaba sus besos, su amor, sus caricias. Sentí como sus manos recorrían mi torso desnudo y por un momento sentí que me humedecía la piel con sus lágrimas. Carla no estaba disfrutaba el momento, no como yo, pero aun así no se detenía. Quitaba sus ropas, y quitaba las mías. Cuando estuvimos desnudos se sentó a horcajadas y me abrazó fuerte, en aquel abrazo susurraba sus palabras húmedas al oído, alcance a entender algo, se trataba de una advertencia, ella y yo estábamos en peligro, pero no le di importancia, sólo quería hacerle el amor y que su cuerpo frágil reposara en mi pecho, solo quería mirar los ojos de La Reina, que brillaban en aquella densa oscuridad, deseaba que me viera mientras hacia el amor, quería que bebiera del sexo, de la humedad, del olor fuerte, de las manos llenas de piel. No apartaba la mirada de La Reina que me entendía y me decía, tranquilo que te hare feliz esta noche. Me sentí avergonzado después de hacer el amor con Carla, La reina se levantó de su silla, y me tomó del brazo, mientras dejaba atrás a Carla abrazada a sí misma, desnuda, llorando, fue la última vez que la vi.

Seguí a La Reina por un pasillo blanco, repleto de puertas, no imaginé que aquel lugar fuera tan grande como veían mis ojos trémulos. De los cuartos se oían gritos desesperados de mujeres, de hombres, La Reina pidió que me calmara, que ignorara los lamentos, que ese era un lugar donde los deseos se hacen realidad, que los míos se harían realidad, que ella los sabia, que había estado en ellos, yo no podía refutarle sus palabras. Hablaba y recordaba fue aquella llamada, aquella voz sensual que me había cautivado, que me había sumergido en mis sueños más profundos, de repente la recordé, ya la había visto, La Reina era la mujer de mis sueños, yo la había soñado, ella había estado allí sumergida en mis babas, en mis noches de soledad infinita. La Reina y yo llegamos a una enorme habitación, repleta de cuadros, todo en el lugar estaba cuidadosamente colocado y ordenado, en medio una cama de sábanas rojas, donde se recostaba en la cama quitándose la ropa, y entonces recordé mi sueño, recordé su ropa interior, sus nalguitas, sus téticas, y quise estar en sus brazos. La Reina me decía, que quería estar conmigo, que quería impregnarse de mi sexo ardiente, pero que debía esperar el rito, para convertirme en su confidente, en su amante. La Reina reía, yo asentía. Tocaron a la puerta, un hombre enmascarado se postró a sus pies y le comunicó que estaba todo preparado, entonces me tomó del brazo y me llevó a una habitación contigua en donde había cientos de personas entre mujeres y hombres, jóvenes, totalmente desnudos, teniendo sexo entre sí, cuando La Reina cruzó la habitación, los hombres y las mujeres la acariciaban, le arrancaban poca ropa que llevaba hasta dejarla desnuda, subió por unas escaleras y todas las personas se postraron con su rostro en el suelo. La Reina levanto sus manos y las meció en el viento, y todas las personas siguieron teniendo sexo entre sí, mientras una niebla espesa cubría el suelo. De entre la niebla, unos hombres con máscaras negras salían, llevaban en sus manos cuchillos enormes, dos por hombre. La reina dio la orden y los hombres se abalanzaron contra la multitud que no dejaba de tener sexo, y los acuchillaban sin piedad, cortaban sus cuerpos, arrancaban sus ojos y sus lenguas, les cortaban las cabezas mientras se fundían en los beso, en la sangre. La habitación se tiñó de rojo carmesí, la sangre volaba por los aires, la niebla se disipo y subió una pequeña marea de sangre. La Reina se deleitaba y se bañaba con los ríos de sangre que brotaban de los cuerpos mutilados de todas esas personas. Sentí un terror descomunal al ver aquella macabra escena, pensé que moriría pero extrañamente a mí no me tocaron, quede estupefacto en un rincón del salón mientras a las personas se les arrancaba la vida. Los ojos de La Reina se clavaron en mí nuevamente, y me llamó con sus manos. Temblando atravesé aquel lago de sangre y cuerpos mutilados, haciéndome paso entre las entrañas y las cabezas cortadas. La Reina me sostuvo en sus brazos, y mi inverosímil vida se hizo añicos, me pidió que la acariciara, que la bañara con la sangre, que eso la excitaba, y que después le hiciera el amor entre los cadáveres, entre las cabezas que nos miraban, que eso le gustaba. Puso en mis manos una vasija, y yo me agaché y recogí la sangre con ella, el olor a sangre y alcohol me hacía tambalear, titubear, entonces tome fuerzas dentro de mí y lancé la vasija contra el rostro de La Reina, ella gritó muy fuerte, detrás de mí. Corrí sin mirar atrás, me devolví por el pasillo por donde había entrado, a mi paso las huellas de sangre me seguían atormentando. Los cadáveres estaban regados por todo el sitio, en la pista de baile en las mesas, la música no había dejado de sonar, el olor era insoportable. Pensé en Carla y en la remota posibilidad de hallarla con vida, pero ese pensamiento se esfumó, mi vida corría peligro, y yo corría hacia la salida. Después de allí no supe más, estuve tendido en el suelo cubierto de sangre. Lo último que recuerdo de aquella noche el sonido de las sirenas.

Los doctores dijeron que era un milagro, que había estaba bajo los efectos de una poderosa droga alucinógena, que no se explicaban cómo había despertado. Estuve internado, en coma como un año. A mis padres los llamaron y estuvieron conmigo todo el tiempo, pregunté por mi ex Carla y no pronunciaron palabra, estaba desaparecida. La policía insistía constante mente en tomar declaraciones, pero era inevitable contarles incoherencias, mi condición en aquel instante no era muy buena, estuve expuesto a esa droga por mucho tiempo que no podía diferenciar entre lo ficticio y la realidad. Jamás logré identificar a nadie, solo a Carla. La Reina era una mujer indescriptible, y les dije que solo en sueños habita una mujer como ella.

La masacre en Down Town fue noticia nacional, Aunque mis padres hicieron un esfuerzo por ocultarme lo sucedido pero era inevitable. Aquella noche loca le costó la vida a más de cincuenta personas, ningún sobreviviente, sólo yo. Aquellas cosas que vi entre el efecto de la droga y mi lucidez jamás las olvidaré, aún recuerdo el olor a sangre de las paredes, las entrañas entre mis pies, las cabezas mirándome, la sensación de la muerte respirándome en el cuello, aun me persigue la sombra de la reina, invitándome a bañarla en sangre y esperma. De lo sucedido no cuento mucho pero algo les aseguro que conozco más de lo que les he referido.

FIN

Por: Eduardo Pimienta
Arte Por: Camilo Barrera

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Si todo fuera diferente (Relato 45)

Esta historia no es nada especial. Es solamente un Relato de lo que puedo ser y jamás fue.



El profesor Julian, encargado del área de idiomas de la universidad (lamentablemente para su grupo) debía abandonar el país ya que al ser extranjero, era necesario regresar junto con su esposa a su tierra natal para atender asuntos de suma urgencia. Razón por la cual, muchos de los estudiantes que tomaban sus clases decidieron hacer una despedida apropiada para alguien que más que un tutor se había convertido en un amigo.

Dentro de estos estudiantes se encontraba Noel, un muchacho que a pesar de  haber tenido únicamente tres clases con el profesor Julian, ya sostenía una suerte de amistad consolidada con este, debido a que ambos, desde el momento de conocerse formaron cierta camaradería, la cual le sirvió a
Noel como el impulso que necesitaba para asistir a una despedida en donde no conocía a ninguna persona y esta era una situación que el siempre procuraba evitar por su naturaleza tímida y retraída.

La despedida tomaría lugar en un centro de Bolos ubicado muy lejos de donde
Noel residía pero aun así a la hora pactada para el encuentro llegó con toda la intención de pasar un buen rato y de paso salir de su zona de confort para tener una experiencia totalmente diferente.

Julian arribó con su esposa y el resto de los estudiantes al centro de juego y para la sorpresa de
Noel, la gran mayoría de estos tampoco se conocían entre sí, de manera que la situación sería de lejos menos incomoda de lo que Noel creía, esto lo relajó por completo y le permitió desenvolverse con toda naturalidad ante el resto del grupo.

-No tienen idea del viaje que tuve desde mi casa hasta este sitio

Al terminar de decir esto con la intención de romper el hielo
Noel escuchó una voz femenina respondiendo:

-De dónde vienes?
-Del occidente de la ciudad

Una respuesta dada con mucha naturalidad, pero casi tan rápido como la respuesta, la naturalidad se esfumó para dar paso a una muy cómoda y agradable inquietud provocada por la persona dueña de esa voz.

Por un segundo todo fue normal, era simplemente una chica del grupo, pero después de ese segundo todo tomó un rumbo distinto ya que por alguna razón que desconocía,
Noel no podía apartar su mirada de esta muchacha que hasta hace unos cuantos segundos acababa de ver por primera vez.

No preguntó su nombre ya que aún estaba ocupado intentando asimilar lo que estaba pasando en su interior. Sin embargo, para su fortuna, entre los otros muchachos del grupo había unos dos que la conocían y la llamaban por su nombre… Lena.

Sin pensarlo demasiado
Noel aprovechó el ambiente del lugar para acercarse a Julian con la intención de preguntar si Lena se encontraba comprometida pero su profesor y amigo ignoraba totalmente esto, cosa que no impidió un “Ánimo” por parte de este hacia su estudiante.

El juego dio inicio y lo que prometía ser una tarde de jugar bolos con personas desconocidas se convirtió en una cruzada por impresionar a una chica para la cual
Noel era un perfecto desconocido. Una de las pruebas más difíciles que un hombre puede afrontar.

Un tiro tras otro la tarde culminaba y
Noel de una manera o de otra intentaba entrar un poco más en la vida de Lena pero tal vez el ambiente del lugar, tal vez los amigos o tal vez no era el momento, pero por alguna razón, la energía  no estaba a favor. No obstante Noel no solo era tímido y retraído sino muy obstinado, y no aceptaría dejar morir el día sin por lo menos obtener su número de teléfono.

Finalmente, tras dos horas de juego, la tarde llegaba a su fin, pero no sin antes tener una invitación muy particular de parte, nada menos que de Lena…

-Mi papá vive muy cerca de aquí y tiene una heladería, me gustaría invitarlos a un helado!

En ese momento Lena tomó su teléfono celular para conversar con alguien,
Noel se acercó con disimulo para escuchar si la conversación tal vez sería con su pareja, pero un alivio lo invadió al escuchar “papá” y esto lo convenció más de salir victorioso de su cruzada, o más bien, obtener su número de teléfono.

Algunas veces el destino es algo irónico. Algunas veces pareciera que alguien o algo, en alguna parte lejos de nuestro alcance orquestara todo de cierta manera que no hay margen a la casualidad. Y precisamente esto sintió
Noel al darse cuenta que saliendo del centro estaba solo con Lena y el resto del grupo se encontraba un poco alejado de ellos, dando la posibilidad que tanto buscaba, así que sin dudarlo ni un segundo, un entusiasmado y nervioso chico articuló cuatro palabras que, si bien pueden sonar toscas, fueron pronunciadas con convicción y seguridad.

-Te gustaría intercambiar números?

Al parecer Lena no se esperaba semejante petición por lo que su inicial reacción fue guardar silencio por escasos dos segundos y esbozar una pequeña sonrisa.

Dos segundos que para
Noel parecían eternidades, sin embargo, y para su fortuna, un “Si” convirtió esa zozobra en una pequeña pero duradera alegría.

Casa de Lena

Todos comiendo su helado, el único que rechazó la invitación fue el que más debería haberla aceptado, sin embargo, no podemos culpar a
Noel por haber declinado el ofrecimiento de un rico helado nocturno ya que una mezcla de emoción y nervios impedía que sintiera algún antojo o necesidad de comer, y como lo bueno dura poco (O eso dicen) la noche cayó anunciando la hora para cada cual de regresar a su casa.

Todos se despidieron de Julian con gran nostalgia pero con agradecimiento en igual medida. Se hicieron promesas de encontrarse de nuevo y abrazos iban y venían.
Noel tomó ventaja de la situación para acercarse a Lena y concretar lo que le había pedido unas cuantas cuadras antes.

Lena amable y hasta cálidamente pronuncio número por número y evocando a aquel ser u objeto que puede estar controlando nuestros destinos; al terminar de guardar el número,
Noel vislumbró las luces de un taxi que se acercaba lentamente para recogerlo y no tuvo más tiempo que para despedirse y decirle a Lena una última cosa:

-Me encantó conocerte.

Para Lena fue un día normal, y probablemente lo único fuera de contexto fue esa persona que de un momento a otro pidió su número, pero para
Noel había sido un día excepcional, una ocasión como pocas, definitivamente un día para recordar.

Los días pasaron y
Noel en su trabajo solo podía pensar en el momento en que usaría ese número para contactarla. Una mezcla de nervios, emoción y optimismo constantemente pululaban alrededor y dentro de él, aunque a medida que el tiempo se acortaba, los nervios predominaban entre todo el manojo de emociones que este muchacho experimentaba.

Como el tiempo no da treguas, sencillamente el momento llegó.
Noel se encontraba en el estacionamiento frente a su apartamento con la noche como único testigo de lo que estaba por hacer, tomó su teléfono y llamó a Lena con el corazón en la garganta pero con el pensamiento de no haber pedido su número en vano sino hacer lo que se supone que se debe hacer con él.

Un timbrazo tras otro hizo que
Noel pensara por un instante que Lena no contestaría pero no pudo estar más equivocado. Efectivamente un “Hola?” del otro lado del teléfono se escuchó claramente y la conversación inició.

Tímido y retraído son dos inconvenientes que pueden destruir una conversación telefónica de esta índole pero para la sorpresa de
Noel, Lena era una persona muy accesible y aunque como era de esperarse, la conversación tuvo un inicio bastante soso e incómodo, todo fue mejorando conforme progresaba. Tanto así que incluso Noel logró invitarla a una cita.

Sin ninguna mala intención,
Noel logró que Lena aceptara encontrarse para tomar algo con él y hablar con el fin de conocerse mejor pero una vez más; a veces pareciera que el destino es controlado por alguna fuerza ajena a nosotros y nada podemos hacer. Solo observar y soportar.

En el momento que
Noel oprimió el botón de colgar la llamada, todo empezó a desmoronarse.

A menos de 24 horas después de haber conversado Lena regresó la llamada a
Noel pero como el Jing y el Jang, uno llamó a la otra con la intención de invitar, la otra lo llamó con el fin de cancelar.

Si, Lena hizo una llamada a
Noel para decirle - No podemos vernos - Y aunque esto molestó a Noel, este no podía demostrar su incomodidad ya que la excusa de Lena para incumplir la cita incluía a su familia y en ese caso no hay nada que pueda decirse o hacerse. De igual manera, la promesa de una próxima llamada por parte de la chica hizo que la preocupación desapareciera.

Sin embargo esa llamada nunca llegó…

Con el pasar de los días
Noel cayó en la cuenta de que si dejaba simplemente pasar el tiempo Lena desaparecería de su vida y todo lo que vivió dos semanas antes en el centro de juegos no sería más que una miserable burla. Este último pensamiento le trajo mucha rabia, sin embargo tomó un aliento y de nueva cuenta hizo la llamada solo para tener la sensación de que habían pasado años desde la última conversación.

Habían pasado únicamente dos semanas, pero por la forma fría y cortante en que Lena hablaba parecía que habían transcurrido varios años.

Todos tenemos un foco de atención en nuestras vidas. Para algunos su foco es la familia, para otros es la pareja, para otros es la amistad y para muchos es su trabajo. Lena era una de estas personas que entregaba su vida al trabajo y por esta razón, la única respuesta que pudo darle a
Noel fue…

-Cuando no tenga tanto trabajo te llamaré.

Noel, al escuchar esto, prometió hacerse a un lado y no interrumpir, y aunque parecía creer en esas palabras, la verdad es que en el fondo aquello de la miserable burla parecía una opción más realista que cualquier otra.

Pasaron semanas tras semanas y aunque
Noel guardaba cierta esperanza de recibir aquella llamada, lo cierto es que jamás sucedió y de una manera calmada pero cruel, aquel interés que nació en él, aquella euforia que sintió ese día en el centro de juegos y aquella agradable inquietud indefectiblemente murieron dejando a su paso únicamente dudas.

Noel se preguntaba si haber insistido un poco más habría servido.

Tal vez una llamada más, tal vez un mensaje de texto habría hecho alguna diferencia?
Tal vez haber hablado distinto en el centro de juegos?
De qué forma las cosas podrían haber sido diferentes?
Podría haber hecho algo para que todo fuera diferente?

Muchas interrogantes atacan a
Noel de manera inmisericorde, y lo peor es que no hay manera de aclararlas.

Todo lo que
Noel puede hacer ahora es soportar y olvidar.

Como dije, esta historia no es nada especial; la única persona que tuvo casi que su vida entera en este limbo durante un mes fue
Noel y aun el tendrá que aprender a desvirtuar y seguir su camino.

Escrito por: Norman Leguizamon
Arte: Norman Leguizamon
 

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