Un Verdadero Héroe (Relato 48)

Mientras el radiante sol bañaba las verdes praderas del reino de Eldria tres chicos se encontraban teniendo un rato de diversión corriendo sobre las mismas.  Mirko, Andrik y Jara quienes habrían sido los mejores amigos desde su más tierna infancia y hoy, a sus 12 años aun sentían su amistad como si fuera una novedad en sus vidas de manera inocente y descomplicada fantaseaban entre ellos tomando el rol de distintos personajes considerados héroes en su país y debido a sus grandes hazañas convertidos en leyendas por los lugareños quienes mediante la tradición oral transmitían sus famosas historias a sus familias.




Generalmente los chicos tomaban a uno de los héroes más grandes del reino para que uno de ellos pretendiera  ser el mientras que los otros dos personificaban a grandes villanos igualmente legendarios, sin embargo la manzana de la discordia entre ellos era el nombre de "Augustus Bell"; el guerrero más fiero y valiente según los relatos de los más ancianos del reino. Un hombre que armado con su espada y su valor logró liberar a su pueblo de las invasiones extranjeras en épicas batallas en donde se atestiguaba la grandeza de los guerreros que, en compañía de dragones y unicornios dejaban de ser simples hombres para convertirse en seres superiores... O al menos eso se creía.

Como de costumbre, la pelea entre Mirko, Andrik y pese a ser una chica, Jara, no llegaba a la difícil respuesta de quien encarnaría a Augustus en esta ocasión así que para decidir quien tomaría este importante papel en el juego de turno los tres chiquillos decidieron hacer una trivia en la que cada uno expondría sus conocimientos de este guerrero y quien lograra arrojar más datos desconocidos para el resto se quedaría con el papel protagónico. así que diligentemente los tres chichos buscaron un lugar debajo de algún árbol para sentarse y así iniciar su competencia.

De manera intempestiva transcurrieron 30 minutos desde que el juego inició pero aun no se llegaba a un final, ya que al parecer Mirko, Andrik y Jara poseían exactamente los mismos conocimientos de la vida y obra del guerrero Augustus, así que olvidando su juego del día decidieron correr a la biblioteca más cercana con el fin de encontrar datos de interés.

Biblioteca Bell

Mirko quien caminaba delante de sus amigos se acercó con un poco de timidez al encargado quien era un muchacho de unos 28 años, de complexión grande, muy imponente, cabello castaño corto, ojos azules y cejas delgadas.

- Disculpe, podría decirnos donde encontramos los libros de Augustus Bell?

- Por supuesto! Deben buscar en "Historia y guerras"- Muchas Gracias!

Los tres chicos corrieron al estante que se les había indicado en el cual (como era de esperarse) hallaron una importante cantidad de libros cuyo tema principal era Augustus y sus increíbles hazañas, sin embargo, después de observar detenidamente 3 libros bastante nutridos, los chicos llegaron a la conclusión de que no existía ninguna información nueva que ellos no supieran por lo que con algo de frustración se dispusieron a abandonar el recinto, no obstante, en el momento que el encargado los vio dirigirse a la salida preguntó al tiempo que se acercaba - Encontraron algo interesante? -Nada nuevo- Bueno, esos libros tienen bastante información, creo que es muy difícil no encontrar cuando menos un dato desconocido.

- Eso mismo pensamos nosotros pero creo que nuestra admiración por el señor Augustus nos hizo estudiar todo sobre el sin darnos cuenta.

El encargado de la biblioteca abrió un poco sus ojos por la sorpresa - Realmente están interesados en Augustus verdad? - Si! Nuestros padres nos han contado lo grande que fue y sus increíbles hazañas- Siiii! Quiero ser como él- Dijo Jara provocando que el encargado soltara una gran carcajada seguida por un poco de vergüenza al recordar en que sitio se encontraban.

Muy bien! Veo que tienen un gran interés por mi......... Por Augustus Bell así que les prestaré algo que les ilustrará un poco más. Por favor síganme.

Los tres chicos esbozaron grandes sonrisas de emoción en su rostro y casi que corriendo siguieron al chico quien introdujo su mano en un cajón de su escritorio y la retiró sosteniendo un trozo de tela vieja que a simple vista cubría un libro pequeño, tal vez una libreta.

- Este es el diario original del señor Bell y quiero que ustedes lo lean- Los tres chicos estiraron sus brazos con mucha emoción pero el encargado categóricamente levantó su dedo índice mientras manifestó - Deben prometerme que lo cuidaran como a un tesoro y lo devolverán cuando una semana haya pasado- A lo que los chicos asintieron - Por cierto, mi nombre es Mircea!- Los chicos se presentaron de igual manera y abandonaron rápidamente la biblioteca para leer el diario cuanto antes.

Eran inocentes e inmaduros pero no significa que no tuvieran una formación familiar que les exigiera respetar las posesiones ajenas y más si estas contenían gran valor histórico así que con muchísimo cuidado guardaron el diario en el morral de Jara para protegerlo mientras encontraban un sitio alejado de curiosos para leer con calma.

Una semana después

En esta ocasión los tres chicos arribaron a la biblioteca con una evidente molestia y un poco de mala manera entregaron el diario a Mircea quien inmediatamente notó su descontento - Que pasa chicos? Tuvieron un mal día? - No, simplemente no podemos creer que este sea el diario del señor Augustus- Respondió Andrik - Por qué lo dicen - En este libro no hay hazañas, no habla de los combates para defender al reino, no dice nada, solo habla de cómo construyó una biblioteca y un hospital!

Mircea los observó con algo de desconcierto - Pero la construcción de la biblioteca y el hospital solo cubre las primeras 40 páginas y el diario tiene 200 - Nos aburrimos mucho! - Esperábamos leer algo mejor - Mirko completó la idea de sus dos amigos con un juico bastante fuerte - Al parecer Augustus Bell es una farsa! 

Esta última frase provocó que la mirada de Mircea cambiara drásticamente, pero no era una mirada de cólera sino de resolución - Vengan chicos, quiero que se sienten conmigo - Los tres chicos se sentaron y observaron como Mircea guardaba cuidadosamente el diario mientras declaraba - A pesar de su disgusto por el diario de Augustus lo cuidaron muy bien, eso me dice muchas cosas de ustedes, así que les contare una pequeña historia.

La expresión de Mirko, Andrik y Jara pasó del disgusto a la expectativa.

Y Mircea inició su discurso...

- Se que ustedes piensan que Agustus Bell fue una farsa porque en su diario solo habla de construir edificaciones pero la realidad es que hay una razón tras eso...

Los chicos centraron toda su atención en Mircea.

- Augustus efectivamente fue partícipe de muchas guerras. Estuvo en increíbles batallas donde combatió con dragones, magos, y soldados de otros reinos pero al final de todo esto él se dio cuenta de una simple verdad.

- Cual verdad? Preguntaron los chicos de manera atenta e impaciente.

- No existe ninguna gloria en la guerra...

Esta declaración hizo que los rostros de Mirko, Andrik y Jara tomaran una expresión de conmoción.

- En cada batalla que libró Augustus, su espada y su armadura se tornaron rojas por la sangre de las personas que él inmisericordemente asesinó. Muchas de estas personas tenían familias, amigos, personas que esperaban su regreso a casa. Muchos de ellos tendrían mas deseos de estar abrazando a sus familias que sentir la hoja de una espada cegando sus vidas, pero al ser soldados no podían hacer más que cumplir las órdenes de su rey. Simplemente eran personas que respiraban nuestro mismo aire. Lloraban como nosotros, reían como nosotros y sentían como nosotros. Díganme donde está la gloria en acabar con tantas vidas...

Ni Mirko, ni Andrik ni Jara pudieron articular palabra así que Mircea continuó.

- Augustus entendió después de tantas guerras que al cortar el cuerpo de otro soldado, no estaba asesinando a un enemigo; muy por el contrario, arrebataba la vida de una persona que vivía en el mismo mundo que él - Los chicos cambiaron su expresión, de la sorpresa al dolor.

- Nunca pensaron en eso? No importa el motivo, de una guerra jamás emergerán vencedores. Aun si resulta alguien en pie, les aseguro que siempre fue más lo perdido, por eso Augustos, después de la guerra decidió exiliarse hasta poder encontrar la redención y tomó la determinación de llevar su vida por un rumbo totalmente diferente, así que después de 10 años de exilio, en lugar de continuar su rastro de destrucción y muerte, el decidió construir y crear.

Alrededor de nuestro reino de Eldria hay muchas estatuas de Augustus, y si, en todas el porta su espada en su cintura, pero más importante que esto. En sus manos siempre hay un clavo y un martillo.

Lo que realmente hizo este héroe por nuestro reino fue construir una biblioteca para armar a las futuras generaciones, no con espadas o lanzas sino con conocimientos.

Construyó un hospital para proteger la vida con todo cuanto fuera necesario y el mismo se convirtió en un emisario del rey para tratar asuntos externos y repeler futuras invasiones con la palabra en lugar de su espada.

Mirko, Andrik y Jara bajaron su cabeza con evidente culpa de haber malinterpretado el significado de la vida de Augustus.

- Me gustaría que llevaran el diario con ustedes de nuevo- Al tiempo que se los entregaba - Y en una semana los espero de nuevo.

Los tres chicos salieron de la biblioteca en un silencio casi que sepulcral y tomaron la primera oportunidad para leer el diario atentamente.

Una semana después

Jara se presentó sola para devolver el diario - Muchas gracias Mircea... - Y que paso con Mirko y Andrik ? - No quisieron venir. Tienen tanta vergüenza que prefirieron n verte a los ojos - ummm ya veo. Y en donde se encuentran ahora? - Creo que están en la tumba de Augustus dejando flores - Esta muy bien! - Si, dejar flores a los difuntos siempre es bueno.

Mircea rió un poco - No es eso. Pensó que está bien que estén avergonzados, eso significa que entendieron, y tu por venir aun teniendo más vergüenza que ellos eres muy valiente - Como lo sabes? - Eres una chica, tienes más entendimiento que los chicos así que es natural que muestres mas empatía con lo que relaté hace una semana. Realmente te admiro!-Jara dibujó una gran sonrisa en su rostro y Mircea tomó su mano entre las suyas - Muchas gracias Jara .

Jara abrazó a Mircea a modo de despedida y se dirigió hacia la salida pero antes de cruzarla preguntó - Eres Mircea Bell no? - Si, Augustus es mi abuelo, y esta es su biblioteca.

Jara corrió hacia el cementerio para acompañar a sus amigos y presentar respetos a Augustus Bell. Un verdadero héroe que entendió la grandeza de crear y el verdadero honor que existe en ello.

Escrito por: Norman Leguizamon
Arte: Norman Leguizamon

Puedes acceder a entradas antiguas dando click en la imagen correspondiente!





No hay comentarios.:

Publicar un comentario