Solo vive! (Relato 4)

Solo vive!




"La pasión es una obsesión positiva. La obsesión es una pasión negativa."

Paul Carvel

Tener un deseo, un objetivo o una meta por alcanzar es algo que realmente motiva a las personas a dejar de ser simples seres humanos  para trascender en algo mucho más poderoso, sin embargo cuando estos deseos, objetivos o metas se transforman en obsesiones la opción de trascender a un plano superior empieza a alejarse cada vez más, y esto fue lo que le sucedió a Jasón, el protagonista de este Relato.

Jasón era un hombre del común, una persona responsable de un hogar. Tenía tres hijos y desde luego su esposa Jessica quien lo amaba profundamente ya que él era todo lo que una mujer podría desear. Jasón era un hombre amable y noble, con una carrera muy prometedora pero también con hobbies y aficiones que lo convertían en una muy buena compañía ya que era imposible aburrirse con él.

Una de sus aficiones mas acérrimas era el montañismo, en lo que Jasón era extremadamente bueno. Cuando tenía 18 años tuvo la oportunidad de escalar por primera vez y desde ahí empezó a convertirse en algo extremadamente importante para él. Primero fue un hobbie, un pasatiempo bastante común para una persona entusiasta por el deporte, luego se fue tornando en algo más competitivo, ya no era un simple gusto o pasatiempo. Se convirtió en una afición, y de ese momento en adelante Jasón tuvo la inquietud de desafiar las montañas más complicadas de los alrededores y dado que no tenia impedimento alguno inicio esta cruzada para conquistar las alturas. 

Hoy en día, a sus 34 años Jasón ha logrado conquistar casi todas las montañas cercanas a la ciudad, excepto por una sola que ha sido demasiado alta y complicada, no solo para el sino para cualquier deportista, sea amateur o profesional. El problema es que Jasón en algún punto de su afición por el montañismo simplemente perdió el rumbo y en su interior hay algo de dolor por no poder conquistar esta montaña... Dolor que estaba alimentando lo que se había convertido en una obsesión por lo que para él era un logro.

Jasón dejó sus hobbies a un lado, dejó a su familia a un lado, y todo esto con el afán de entrenar para poder conquistar esta montaña. Jessica desesperada intentaba hacerlo entrar en razón pero sin éxito; todo intento de hacerlo entender era simplemente inútil así que resignada y dolida tuvo que reunir fuerzas como toda una mujer valiente para decirle a su esposo "Espero que en la cima de esa montaña encuentres lo que buscas, pero regresa". Jessica pronunció estas palabras y se retiró para estar con sus hijos...

Pasó un año en el cual Jasón estuvo dedicado a entrenar para este gran día, un año sin hijos, sin esposa, sin hobbies, sin pequeños detalles y sin ser algo más que una imagen borrosa de lo que él fue algún día, y un año que él nunca recuperaría porque el tiempo es inclemente y en muchas ocasiones no otorga segundas oportunidades. Algo que Jasón estaba por entender...

Empezó a escalar a su gran contrincante con mucha fuerza y ahínco, con todo lo que tenia, con todo lo que había entrenado. Estaba extasiado de sentir el poder en sus manos, sentía que con cada paso que daba hacia la cima se recargaba un poco de energía en lugar de agotarse, esto le hizo querer mas y le hizo pensar que después de esta montaña tendría que conquistar una más imponente, dado que el tenía el poder para hacerlo, y si lograba conquistar la siguiente sencillamente dejaría su trabajo para dedicarse profesionalmente al montañismo, pero algo en su interior, tal vez un vestigio de lo que fue, tal vez su "Yo" interior gritando desesperadamente o tal vez su corazón le hizo pensar en su familia, en sus hijos, y en todo lo que había dejado de lado durante un año con sus segundos, minutos, horas y días.

Con cada postura de sus manos sobre la roca recordaba a sus hijos. entre más se acercaba a la cima venían cada vez mas violentamente recuerdos de momentos con su familia, era agobiante, doloroso, pero Jasón seguía; sin embargo los recuerdos seguían atacándolo, y lo atacaron de manera tan contundente que nuestro amigo dejó escapar una lagrima de sus ojos. En esa lagrima que Jasón vio caer se anidaban sus experiencias, sus afectos, sus esperanzas y sueños en un futuro que tal vez no llegaría de seguir  transitando un camino tan errado, por lo que simplemente todo se detuvo. 

Jasón simplemente sintió la necesidad de detener el tiempo y gracias a esto se percató de que junto a él, acompañándolo en su cruzada estaba el atardecer mas increible que jamás pudo haber visto. Esto provoco que mas lagrimas salieran del interior de este hombre, con la diferencia de que estas lagrimas declaraban un significado mas epifánico...

Así pues, bastaba la belleza de un mundo que nunca se detiene para hacer entender a este hombre que la importancia de vivir no está en grandes y ostentosas ilusiones sino en sensaciones, sentimientos y experiencias que solo aquellas cosas pequeñas pueden proveer. Jasón se dio cuenta de esto pero se tomó su tiempo para sentirlo. Así que mientras Jasón deploraba su pasada actitud con llanto también se tomo su tiempo para observar ese atardecer y encontrar en ese pequeño momento lo que el necesitaba.

Nuestro amigo Jasón jamás terminó de escalar la montaña. Faltando solamente 15 metros para llegar a la cima descendió únicamente con una intención... Vivir.

Escrito por: Norman Leguizamon
Arte: Norman Leguizamon ( http://norman-fabian-86.deviantart.com/gallery/)

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