LAS AVENTURAS DE LIAM: ASÍ SE INICIA EL VIAJE. (Relato 20)

Pensamos que nuestra vida es difícil, que el mundo se va a acabar si nos deja nuestra pareja sentimental, o que es lo peor cuando nuestros padres no nos permiten ir donde queremos, o nos dan lo que pedimos, estamos tan acostumbrados a tener todo que cuando algo se nos quita, nos enojamos con todos a nuestro alrededor y pataleamos y nos frustramos y hacemos todo para que se haga nuestra voluntad… pero ¿qué pasa si nuestra vida no es de esta manera? ¿ qué pasa si en nuestra vida todo se nos es quitado constantemente y en cada momento en que parece que vamos a lograr incluso una migaja de pan, esta es arrebatada por las palomas que son más veloces que nosotros?


Hace mucho tiempo, en un reino no tan lejos de estas tierras, Liam, un chico que apareció en este mundo, o al menos eso dicen los habitantes de Royaltown, que desde hace unos años lo ven y no conocen de él ni padre ni madre, solo su nombre, ya que lo tiene escrito en un collar dorado que lleva colgado, pues eso es lo único que este mundo no le ha podido quitar.

El pequeño, a diferencia de los demás pobladores, era de piel clara, algo que a algunos perturbaba en ocasiones pues todos en Royaltown eran y hasta el día de hoy son morenos. Desde el más pequeño al más grande, desde el más pobre al más rico, desde los granjeros hasta la realeza, todos en Royaltown eran morenos, de cabello negro como el carbón y liso como una cascada que cae libre sin obstáculos. En cambio, Liam era, como mencioné, de piel clara, cabello amarillo como el sol de medio día y ojos grises. A este pequeño de diez años aproximadamente, la vida no le había sonreído, su aspecto no era razón alguna para ser despreciado, ya que muchos forasteros de su mismo aspecto llegaban constantemente a esas tierras como mercaderes al igual que algún viajero para pasar una o dos noches antes de seguir su camino, y siempre eran bien recibidos. Lo que hacía que este pequeño no la pasara bien era la incertidumbre de su procedencia, pues las personas de su aspecto solo eran vistas al sur de esas tierras, eran guerreros muy agresivos, temidos, por lo que cualquiera temía adoptar al muchacho pensando que podrían llegar sus padres, pensar que había sido raptado y luego verse visto en un embrollo.

Su historia nadie la conoce, solo se dice que un día apareció caminando en medio del sendero principal de la villa Whitebell, parecía tener unos cuatro años, estaba sucio, ensangrentado, y solo llevaba además de su ropa un collar con el nombre de Liam. El pequeño tenía la mirada perdida, luego se desplomó y cuando algunos se precipitaron a ayudarle, todos se detuvieron a una, se miraron las caras, vieron la sangre, la situación, el color de piel del chico y temieron meterse en problemas por un mal entendido, así que buscaron por todas partes a los forasteros de piel clara, pero ese día no hallaron a ninguno, y a partir de ese momento, dichas personas dejaron de arribar a Royaltown, y a cualquiera de sus villas.

El pequeño ha sobrevivido estos seis años con los pedazos de pan con carne que le entregan los mercaderes de la villa Whitebell, peleando los huesos con animales de la calle y tomando agua o leche que le dejan las personas en las puertas de sus casas.

El pequeño sigue creciendo, por alguna razón nunca ha robado o maltratado a alguien, habla de una manera muy diferente a las personas de esas tierras, pues se supone que un pequeño que ha crecido allí debe haberse acostumbrado a ese acento, pero no es así con Liam, el pequeño habla desde que se le conoce y siempre ha tenido una correcta manera de actuar. Nadie se atreve a maltratarlo, los chicos no se burlan de él, no hay algún motivo, parecía que podía vivir de las sobras y estar tranquilo en esa situación, pero un día su corazón se estremeció cuando Lila, una pequeña que jugaba con él a pesar de las preocupaciones de su gente, le hizo notar su diferencia y el hecho de que contrario a los demás niños, él no tenía familia o casa. Liam había vivido su corta vida despreocupado de su situación, pero su curiosidad, no otras razones como envidia, depresión, o rencor, sino simple e inocente curiosidad, fue lo que le hizo desear conocer las razones por las cuales el era diferente de los demás chicos de su edad, así que decidió hablar con las personas acerca de su aspecto y preguntar si existía más gente como él, y donde podía encontrarlos.

Después de recolectar toda la información necesaria, juntó provisiones en un maletín que encontró abandonado y vacio en la plaza de Whitebell, y sabiendo que su camino era hacia el sur, más allá del monte de las almas, Liam emprendió su viaje, sin temor a lo que se encontraría en el camino y con una gran expectativa por lo que sería conocer su pasado.

Esta es la historia de cómo el pequeño Liam inició su viaje por la tierra de Izzar en busca de su pasado. Lo que sucede en el camino y como termina su viaje está escrito en el gran libro de Las Aventuras Liam el Caminante de Izzar

© Camilo Barrera 2015. Todos los derechos reservados

Escrito por: Camilo Barrera
Arte: Camilo Barrera
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