TRISTE SAN
VALENTÍN
Como
todas las mañanas, Tegan salto de la cama y no tardo ni cinco minutos en
ducharse y diez minutos para vestirse. Iba vestido con su uniforme de traje
azul marino con corbata roja del instituto Teobaldo Power. El muchacho tenía 11
años, es pelirrojo con ojos de color verde pálido y que para no variar siempre
llega tarde a clase y el día de San Valentín no iba a ser una excepción. Se
miro en el espejo, se revolvió el pelo y dijo – listo – cogió la mochila, el
casco y salió disparado escaleras abajo.
- ¡Tegan, el desayuno! – dijo la madre. En la cocina estaban desayunando
su madre, su padre y su hermanita de 3 años. La madre y su hermanita eran igual
que él. Sin embargo, su hermano de 16 años era moreno, igual que su padre, pero
en vez de sacar los ojos verde oscuro de su padre los saco igual que la madre.
Tegan
entro corriendo a la cocina, cogió una de las tostadas que había en la mesa y
salió escopetado de la casa.
- Buenos días Tegan – dijo el hermano mayor mientras miraba el correo
montado en su moto YAMAHA roja y blanca.
- Buenos días Orast – dijo Tegan mientras se ponía el casco y subía a la
moto agarrándose a la cintura de su hermano – vamos ó llegaremos más tarde de
lo normal -.
- Tegan, hoy no vamos al instituto, iremos al aeropuerto – dijo Orast
muy serio.
- ¡Qué! perdiste un tornillo y todavía no me enterado ó que – dijo
Tegan.
- Lee esto, y lo entenderás – le dijo Orast mientras le daba una hoja
que ponía Claire y tiro las otras cartas a la puerta de la casa.
- No puede ser – dijo Tegan cuando leía las primeras frases de despedida
de Claire.
- Sujétate fuerte – le dijo Orast. De camino al aeropuerto le conto lo
que ponía el resto de la carta.
Orast
se paro en frente de la entrada del aeropuerto y entro con la moto recorriendo
medio aeropuerto con ella hasta que las escaleras mecánicas que subían le
detuvieron. Ambos se quitaron el casco y subieron a todo correr las escaleras
mecánicas. Orast y Tegan se detuvieron un momento para ver en el panel el vuelo
de Claire.
- Hay están – dijo uno de los guardias -.
- Mierda – dijo Orast y cogió a Tegan de la muñeca.
Les
perseguían cuatro guardias y mientras ellos buscaban la puerta diecinueve los
guardias les gritaban que se detuvieran. Justo cuando encontraban la puerta
diecinueve les aparecieron dos guardias más por delante y les detuvieron, pero
Orast no iba a permitir que no dejarán que su hermano
fuera a buscar a Claire.
- No tenéis ni idea de con quien os estáis metiendo – dijo Orast.
- Cierra el pico muchacho – dijo el guardia que le tenía cogido por el
brazo.
Llegaron
los otros guardias y los chicos intentaron soltarse mientras se los llevaban
sin éxito, pero Orast no se iba a quedar tranquilo. No le llamaban fist of
blood (puño de sangre) por que si, así que le escupió en la cara al guardia que
lo tenía agarrado del brazo. Mientras el guardia se limpiaba la cara él le
arreo un puñetazo en la mandíbula.
Tegan
aprovechó el distraimiento y le pego un pisotón al guardia que le agarraba del
brazo y luego le dio un puñetazo en la cara – joder, como duele – justo un
guardia le cogió. Tegan era un pacifista, todo lo contrario que Orast, pero entonces
vio a Claire entre la multitud que observaba como su hermano repartía puñetazos
a los guardias – por favor, suéltenme – decía una y otra vez Tegan hasta que
uno de los guardias le daba a Orast un puñetazo en el estómago y sin pensarlo
echo la cabeza hacia atrás dándole al guardia que le tenía cogido y luego se
dio la vuelta cogiéndolo de los hombros para propinarle un rodillazo en el
estómago – mi hermano te dijo que me soltaras, asique no quiero quejas – otro
guardia fue a por él, pero Tegan le propino un puñetazo en la mandíbula
mandándolo para atrás.
Orast aprovecho el momento y le devolvió el
puñetazo al guardia reventándole la nariz - ¡Tegan, vete! – cogió al otro
guardia y le dio una patada en el pecho, luego otro guardia le dio en la cara.
- No pienso dejarte solo – dijo Tegan mientras repartía golpes.
- Vete o la perderás – dijo Orast mientras el guardia al que le había
roto la nariz le rompía el labio, se toco un momento el labio y grito con rabia
mandándole de un puñetazo contra el guardia que estaba pegando a Tegan haciendo
que los dos cayeran al suelo - ¡corre! – los otro cuatro guardias tiraron al
suelo a Orast - corre ó te arrepentirás – el hermano titubeo un momento y se
fue a la puerta diecinueve.
Claire tenía
10 años y sus ojos eran grises, los típicos que destacan en una chica rubia. El
pelo lo llevaba tan corto que parecía un chico y su piel era tan blanca como la
nieve e iba vestida con un vestido blanco roto.
La
muchacha escucho el alboroto que se estaba formando y decidió ir a ver que
pasaba. Al principio no se dio cuenta de quienes eran, pero entonces escucho
como Orast gritaba corre a su hermano – no puede ser – se quedo mirando la
pelea y rezando que no les pasará nada malo.
- Claire ¿Qué haces aquí? – dijo el padre de Claire cogiéndola de la
mano.
- Tegan y Orast están aquí – dijo Claire soltándose.
- Claire, tenemos que irnos – dijo el padre.
- No, no quiero irme hasta saber que están bien – dijo Claire.
- Tú misma – dijo el padre poniéndosela en el hombro.
- Suéltame – dijo Claire mientras le pegaba en la espalda.
- ¡CLAIRE, ESPERA! – grito Tegan.
- ¡TEGAN! Suéltame papá, he dicho que me sueltes – dijo Claire.
- ¡CLAIRE! – grito de nuevo Tegan y los otros dos guardias le tiraron al
suelo mientras Claire gritaba su nombre.
Estuvieron
durante dos horas en comisaria esperando a que el padre de Rous, la novia de
Orast los sacara de allí. Rous tenía 16 años y era por unos meses mayor que
Orast. La chica tenía el pelo castaño, ondulado y le llegaba por los hombros,
pero siempre lo llevaba recogido en una coleta porque le molestaba. Los ojos
eran de color almendrado y tenían una forma muy bonita.
Orast
vio que Rous bajaba las escaleras vestida con el uniforme de animadora del
equipo de fútbol del instituto. Estaba increíblemente guapa, el uniforme era un
conjunto de top de manga larga y falda corta de color azul marino con rallas
rojas y blancas cruzando el pecho.
Menuda
pinta que tienes – dijo Rous mientras el guardia abría la celda.
En
cuanto el guardia abrió la celda Orast abrazo y beso a Rous. ¡Tas! Rous le
había pegado un tortazo – ¡porque me pegas! - ¡Tas! Otro tortazo – ¡ROUS! –
ahora si que se le veía enfadado.
- A mí no me grites, eso lo primero – dijo Rous.
- Pues no me pegues – dijo Orast.
- Entonces no te pelees – dijo Rous y empezaron a caerle lágrimas.
- Rous… joder. Vamos, no llores – dijo Orast abrazándola.
- Me lo habías prometido – dijo Rous aferrándose a él.
- Lo se, y lo siento – dijo Orast dándole un beso en la frente - te juro
que no volveré a pelearme más, pero Claire se había despedido de Tegan mediante
una nota y no lo podía permitir – miro a su hermano que se había quedado
dormido de tanto llorar en la esquina del suelo – sinceramente, no sé que voy
hacer con él.
- El que no sabe que hacer contigo, soy yo – dijo el padre de Rous
cogiéndolo de la oreja.
Ya
habían pasado cinco años desde que Claire se había ido y desde entonces apenas
podía dormir. Como todas las mañanas se ducho y se vistió, pero en vez de
ponerse el uniforme, se puso unos vaqueros rotos, una camiseta blanca y la toga
negra encima. Una vez listo, cogió el sombrero de graduación, el casco, las
llaves de su moto y su móvil táctil con los auriculares. Bajo las escaleras
poniéndose los auriculares y salió de la casa sin pasar por la cocina
escuchando Carrie de Europe.
Grecia, una semana
antes
Orast
miro un momento la mansión blanca que estaba en frente suyo, era incluso más
grande que la de sus padres. Se bajo del mercedes plateado que había alquilado,
se acercó a la puerta y llamo al timbre. Le abrió la puerta una joven rubia,
muy guapa.
- ¿Claire? – dijo Orast todavía asombrado por su aspecto.
Claire iba vestida con un vaquero blanco
corto, una blusa suelta de color borgoña, unas sandalias altas de color blanco
y llevaba el pelo suelto, que ahora le llegaba a la altura de las caderas. También
iba maquillada, asique sus ojos grises destacaban más y los labios los llevaba
pintados de borgoña haciendo que su piel blanca destacara.
¡Orast! – dijo Claire tirándose a sus brazos.
Yo también me alegro de verte – dijo Orast.
Instituto Teobaldo Power
Anímate – dijo uno de los compañeros de
Tegan.
Estoy animado – dijo Tegan.
Se supone que tendrías que estar contento y
sonreír ya que es el día de la graduación, pero no, parece que esto tampoco te
sacara una sonrisa – dijo su compañero de clase.
Lo siento – dijo Tegan.
Aeropuerto de Grecia
Date prisa – dijo Orast.
Ya voy – dijo Claire buscando su pasaporte en
la mochilita negra – aquí esta – se lo dio a la azafata.
La azafata comprobó los pasaportes y les
devolvió los pasaportes. Orast cogió a Claire de la muñeca y salió corriendo
hacia su avión privado.
Salieron del aeropuerto de Alemania corriendo
y se entraron en la parte de atrás del mercedes negro.
Ya llevaban media hora en un atasco y Orast
no paraba de mirar el reloj – nos vamos – cogió a Claire de la muñeca y
salieron del coche escopetados.
¡Espera! – dijo Claire y se tropezó por culpa
de la toga.
Lo siento – dijo Orast arrodillándose para
mirarle la rodilla izquierda que le sangraba a Claire – deberías haberte puesto
un vaquero largo y no corto.
No pensé que me fuera a caer – dijo Claire
enfadada.
Dame la toga – dijo Orast. Claire se levanto
y se la dio – vamos – Orast la volvió a coger de la muñeca y salieron corriendo
– por aquí – entraron por un callejón que no tenía salida, pero Orast trepó por
la reja – date prisa – Claire trepó y siguieron por la calle principal. Después
Orast la llevo por otro callejón que llevaba a seis escaleras que saltaron de
una y visualizaron el instituto.
Le estaban entregando el titulo y la orla a
Tegan cuando oyó zanahoria – no puede ser – la única persona que lo llamaba así
era Claire.
¡Enhorabuena zanahoria! – dijo Claire.
Tegan se dio la vuelta y la vio en medio de
la multitud saltando, silbando y gritando zanahoria. Sin pensarlo dos veces
salto del escenario, se abrió paso entre la gente y cuando la tuvo en frente la
abrazó fuertemente – te amo – y para su sorpresa Claire lo apartó un poco, le
agarró el rostro y lo besó.
Orast estaba muy feliz por los dos y entonces
sintió la cajita azul de terciopelo.
Chocolatería Rous
Rous estaba cantando mientras hacía
chocolate. Estaba súper contenta porque le habían dicho que estaba embarazada
y estaba ansiosa porque llegara Orast para darle la noticia.
Probo el chocolate a mentolado – perfecto –
escucho la campanilla de la puerta y salió de la cocina – bienveni… ¡Orast! –
volvió a entrar en la cocina a todo correr y salió por la otra puerta
lanzándose a los brazos abiertos de Orast dándole un beso – has vuelto antes de
lo que pensaba.
Es que tenía algo muy importante que decirte
– dijo Orast.
Yo también, pero dilo tú primero – dijo Rous.
Vale – dijo Orast clavando una rodilla en el
suelo y abriendo la cajita azul – Rous Beck ¿quieres casarte conmigo?
Oh, cielos – dijo Rous llorando y asintiendo
– si, si, claro que quiero casarme contigo – Orast le puso el anillo y la beso.
Por cierto ¿Qué me ibas a decir? Dijo Orast.
Es verdad, casi se me olvida – dijo Rous
secándose las lágrimas – estoy embarazada – Orast se quedo quieto como una
piedra – vas a ser papá – sin previo aviso Orast cayo al suelo golpeándose la
cabeza - ¡Orast! – fue a por un vaso de agua que uso para despertarlo.
Voy… a ser… padre… - dijo Orast echándose el
pelo hacia atrás.
Si, vamos a ser papas – dijo Rous muy
ilusionada y Orast la beso poniéndose encima de ella.
Sonó la campanilla – lo siento, vendré más
tarde – dijo la señora cerrando la puerta.
Que vergüenza – dijo Rous. Orast se levantó,
cerró la puerta, puso el cartel de cerrado y la cogió en brazos – eres un
travieso – él la beso entre risas mientras la llevaba hacia dentro.
Escrito por: Davinia Lorenzo
Arte: Norman Leguizamon
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